El asesino y el marero
De asesino fue tildado a grito suelto Edgardo Yllescas, diputado de la Alianza Patriótica, por parte de Edgardo Castro, diputado del Partido Libre, también señalado de marero por el primero el martes pasado. Esto sucede en el principal poder del Estado, donde los “padres de la patria” deberían ser el ejemplo del diálogo, del respeto mutuo y en especial para el pueblo hondureño, pero estos bochornosos y ridículos hechos embarran la ya mal imagen de Honduras. Será de lo que casi no tienen que hacer que buscan estos shows políticos, donde dos diputados se dicen todo tipo de insultos y se chispean de saliva la cara por la cercanía de la discusión y donde los medios de comunicación transmiten en directo estos pleitos, que se han vueltos comunes. Quizá sea una forma absurda y poco inteligente de buscar popularidad con sus respectivos correligionarios, ya que sus perfiles terminan aún más tronchados de lo acostumbrado. Asimismo, sus compañeros de hemiciclo se divierten a carcajada suelta por la presentación de estos dos payasos de circo pobre y que antes que termine esta vulgar función terminan pidiéndose disculpas y se olvidan de que el verdadero ofendido es la sociedad hondureña. Y esto que está fresco el abusivo aumentazo salarial de estos “obreros”, que poco se saben ver, pues el horario del Congreso Nacional es el más privilegiado del país. Se reúnen por horas al mes, puesto que es incorrecto decir que trabajan. Vergüenza para el departamento de Cortés, al cual representan estos dos diputados tildados entre sí de asesino y de marero, entre otras acusaciones, y esto que ninguno pertenece a los dos partidos tradicionales. Pero qué esperanza tiene el pueblo con estos dos payasos legislativos en un país llamado Honduras.