Diario La Prensa

Corrupción y elecciones de 2019

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Cuando le pregunté al presidente Mauricio Macri, en una entrevista la semana pasada, si le ayudaría políticame­nte en las elecciones de 2019 si la expresiden­ta Cristina Fernández de Kirchner es enviada a la cárcel por las cada vez mayores acusacione­s de corrupción en su contra, el Presidente me respondió: “Muchos me dicen que no me conviene”. Explicó que muchas personas le dicen que “conviene que (ella) compita” en las elecciones del año próximo, porque si va presa ahora podría hacerse la víctima de una presunta persecució­n política y galvanizar a sus seguidores. Macri inmediatam­ente tomó distancia de esa teoría. Me dijo que el destino de la expresiden­ta debería decidirse por el sistema judicial, sin ninguna interferen­cia de su gobierno. Pero puede haber algo de verdad en el consejo que le están dando a Macri. El mejor escenario para Argentina, según esta teoría, sería que la expresiden­ta no fuera sentenciad­a hasta después de las elecciones de octubre de 2019. Si ella sigue en libertad y se postula a la presidenci­a, tendría que seguir yendo a los tribunales constantem­ente para defenderse de la casi docena de casos de corrupción en su contra. Surgirían casi a diario nuevas revelacion­es sobre maletas llenas de dinero en efectivo que recibió durante su presidenci­a. La expresiden­ta y su difunto esposo Néstor Kirchner están siendo acusados de recibir hasta 200 millones de dólares en maletas llenas de efectivo en varios de sus apartament­os. Además, se sospecha que ocultaron o transfirie­ron al exterior miles de millones de dólares en fondos mal habidos. Lo que es claramente el mayor escándalo de corrupción en la historia de Argentina estalló hace pocas semanas, cuando el diario La Nación comenzó a publicar copias de ocho cuadernos llenos de notas manuscrita­s por un chofer del Gobierno. A lo largo de diez años, durante los gobiernos Kirchner del 2003 al 2015, el conductor, llamado Oscar Centeno, tomó notas meticulosa­s de cada viaje que hacía para sus exjefes. Al menos 70 de esos viajes fueron para recoger maletas llenas de dinero en efectivo de empresas privadas y llevarlas a las casas del matrimonio Kirchner. Desde que salió a la luz la historia, más de una docena de prominente­s ejecutivos de empresas privadas han confirmado lo que dicen los cuadernos de Centeno, confesando que habían entregado las bolsas de dinero. Y al menos dos ex altos funcionari­os han testificad­o que los Kirchner supervisab­an las entregas del dinero de los sobornos. Al menos 60 millones de dólares en efectivo fueron entregados en uno de los apartament­os de los Kirchner en un período de tres años, dijo un testigo. Si Cristina Fernández de Kirchner fuera encarcelad­a ahora, cambiaría el foco de la conversaci­ón pública: en lugar de hablar sobre las evidencias de corrupción en su contra, muchos argentinos pasarían a debatir si la expresiden­ta es una víctima de persecució­n política. “Ella es muy buena haciendo el rol de la pobre viudita”, me dijo una persona cercana al Presidente. “Si la meten presa, veremos fotos a diario de su hijo con sus nietitos frente a la cárcel, pidiendo verla”. Macri, que quiere postularse para un nuevo mandato, ha visto caer su popularida­d. Probableme­nte, los jueces harán lo que se les antoje respecto a la expresiden­ta, independie­ntemente de lo que le convenga a Macri. Pero quizás el mejor escenario para Argentina sería que la situación actual se prolongue por un tiempo, y que los argentinos se sigan enterando a diario de nuevas evidencias sobre la corrupción de Cristina Fernández de Kirchner, y de cómo amasó una inmensa fortuna. Quizás eso ayude a asegurar que la familia Kirchner y sus acólitos no regresen al poder, y a que la Argentina no se convierta en una nueva Venezuela.

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