Diario La Prensa

Las dislipidem­ias causan daño al corazón y el cerebro

Claves. Para disminuir los riesgos de sufrir de males cardiovasc­ulares camine 30 minutos diarios y lleve una dieta baja en grasas apropiada a sus necesidade­s

- Johana Reyes Ocampo redaccion@laprensa.hn

Las dislipidem­ias pueden llegar a producirle problemas cardiovasc­ulares y ateroscler­osis que afectan la salud en general. David Kury Marcos, doctor en medicina interna,indica que se define dislipidem­ia a la presencia de elevación anormal de concentrac­ión de grasas en la sangre, siendo estas los triglicéri­dos, colesterol de alta densidad o colesterol bueno ( HDL), colesterol de baja densidad o colesterol malo (LDL) y lipoproteí­na de muy baja densidad (VLDL). El colesterol es una molécula presente en todos los seres vivos del reino animal, incluyendo al ser humano. Los triglicéri­dos son el principal tipo de grasa transporta­do por el organismo. Indica que luego de comer, el organismo digiere las grasas de los alimentos y libera triglicéri­dos a la sangre. El “colesterol bueno” es el encargado de atrapar al colesterol malo que circula por la sangre y conducirlo hacia el hígado, protegiend­o al organismo de sus efectos nocivos. De ahí que para evitar la ateroscler­osis se necesita mantener una proporción alta de HDL y baja de LDL.

El especialis­ta indica que las dislipidem­ias son una condición que se encuentra asociada al desarrollo de varias enfermedad­es como la obesidad, hipertensi­ón arterial, diabetes mellitus, infarto agudo al miocardio, eventos vasculares cerebrales, entre otros, los cuales están implicados en una diminución en el tiempo y calidad de vida de los pacientes que lo padecen. Algunos tipos de dislipidem­ia se deben a trastornos digestivos, hepáticos o de la glándula tiroides. Otros tipos de dislipidem­ia son de origen hereditari­o y aun otros son debidos a una mala nutrición o a una reacción anormal del organismo a la nutrición normal. El sedentaris­mo, dietas ricas en grasas y tabaquismo son factores de riesgo importante­s para acabar desarrolla­ndo la enfermedad, asegura Kury. Generalmen­te no existen síntomas y puede haber depósitos de grasa en piel o tendones. Los triglicéri­dos muy elevados pueden ocasionar dolor abdominal y pancreatit­is, además, ser causa frecuente de fatiga, zumbido de oídos y dolor ardoroso en miembros inferiores. Su detección, por desgracia, se da cuando la enfermedad ya se encuentra en una etapa avanzada, manifestán­dose entonces los síntomas derivados de las complicaci­ones asociadas a la enfermedad. Entre adecuados de los valores de colesterol total, colesterol HDL, colesterol LDL y los triglicéri­dos. saludable con dieta hipocalóri­ca (reducida en grasas), ejercicio regular, evitar el consumo de tabaco y omitir el consumo de alcohol. los más graves destacan los infartos cerebrales, la pancreatit­is aguda o las enfermedad­es coronarias. El tratamient­o de dislipidem­ia debe ser individual­izado, atendiendo a las caracterís­ticas del paciente y las consecuenc­ias de la enfermedad. “Es necesario contar con la intervenci­ón de un equipo de médicos especialis­tas, quienes evaluarán el tipo de medicament­o a utilizar; por ejemplo, estatinas o fibratos según sean necesario, y por nutricioni­stas, quienes orientarán para llevar una alimentaci­ón saludable”, explica el experto.

La prevención empieza por llevar los controles Visita periódica al médico junto con un estilo de vida

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