Conspiración o golpe técnico
PUBLICACIÓNDEL TIMES, SUERTEDE GOLPETÉCNICOQUE PUEDEREVERTIRSE ENFAVORDELA VÍCTIMA, TRUMP
La carta anónima enviada supuestamente por un alto funcionario de la Casa Blanca al New York Times, que la divulgó a guisa de columna de opinión, en la que sed escribe en forma atroz al mandatario norteamericano, es vista por muchos observador es como una táctica política de baja intensidad con vistas alas próximas elecciones de medio término, en las cuales los demócratas han cifra do sus esperanzas y la oportunidad para arrebatar lea los republicanos la mayoría de los escaños en el Congreso, tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado estadounidense, y así darle“vuelta ala tortilla ”. El periodismo no puede, como ocurre con las redes sociales, que para elc arden alósc ar AndrésRodríguez son“redes fecales ”, esconderse en el anonimato, ya que esto des legitima la veracidad de cualquier publicación. Las columnas de opinión se deben caracterizar por llevarla firma de su autor, tanto para deslindar responsabilidades frente a tercer os como para darle a estos la posibilidad de consensuar o de refutar el texto de lo publicado. Circunstancia ala queTrump estaría imposibilitado hacer porque está frente aun fantasma queseescu da en el anonimato, quedándole solo el recurso del“pata leo“yvociferar como lo ha hecho al calificar de cobardía al autor de la comunicación porno darla caray al mismo tiempo“sacar se el clavo” del diario neoyorquino por prestar se, según él, a este juego político, que en todo caso viene a ser una conspiración contra el hombre más poderoso del planeta, de la cual el vicepresidente y el secretario de Estados eh andesvinculado negando ser sus autores con un contundente“yo no fui ”. Porsuparte, elTimesensu defensa ha justifica do la contumaz publicación explicando que había identificado al funcionario responsable de ella, aceptan do hacerlo en forma anónima porque era un hecho excepcional que, por la relevancia de la información, era la única forma de brindar la a sus lectores tras haber comprobado su veracidad. ¿Qué le queda a la Casa Blanca? Utilizar todos los recursos de que dispone, que son muchos, para averiguar quién es el autor de la feroz epístola. Lo que incluye el uso de la tecnología y el análisis ponderado del estilo utilizado en su redacción para concluir si corresponde a uno de los hombres del Presidente, esto si no se produce por cuestiones de ética la renuncia del informante. Denosucederlo uno ni lo otro, las afirmaciones que cuestionan la conducta del Presidente y que este no se encuentra en sus cabales quedarían como una diatriba más o un simple relato de ciencia-ficción, lo que plantearía una suerte de golpe técnico contra el Presidente que podría revertirse a su favor como víctima delstatu quo.