Cátedra decivismo endesfiles
PATRIOTISMO Miles de estudiantes en todo el país fueron ovacionados ayer por sus espectaculares presentaciones para conmemorar la independencia de Honduras
TEGUCIGALPA. Honduras vibró al ritmo de los tambores y se deleitó con la energía, sacrificio y entrega de miles de estudiantes de secundaria que ayer se dieron para mostrar al mundo su amor por el país. Sin escatimar en esfuerzos y creatividad, los colegiales de la capital lucieron coloridas vestimentas, y sus interpretaciones artísticas denotan la riqueza cultural del país. Bajo los radiantes rayos del sol y el pabellón nacional ondeando en el Monumento a la Paz se conmemoró el 197 aniversario de independencia con los tradicionales desfiles, al igual que un espectáculo terrestre y aéreo organizado por la Policía Nacional y por las Fuerzas Armadas. La izada de la Bandera en el
cerro Juana Laínez, seguido del estruendo de los primeros siete cañonazos, dieron inicio a las festividades con las que se celebra la emancipación política cada año. Unos minutos después de las 6:00 am, el alcalde capitalino, Nasry Asfura, le dio lectura al Acta de Independencia (proclamada en 1821) en las afueras del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). “¡Viva Honduras, viva Honduras!”, exclamó Juan Orlando Hernández, presidente de la república, al dar el tradicional grito de la independencia.
Inicio de desfiles. Antes de que el reloj marcara las 7:00 am, los colegios capitalinos salieron desde Plantas Tropicales hasta llegar al Estadio Nacional Tiburcio Carías Andino. En el trayecto se instalaron vallas metálicas para evitar que personas provocaran algún inconveniente, empleándose el carril del Trans 450 que se construyó en parte de la zona. De las voces al unísono del coro y banda de la Villa de los Niños se entonó el popular
Corrido a Honduras dentro del recinto deportivo para que luego empezaran a ingresar las bandas de cada institución, mismas que tenían cinco minutos para hacer su presentación ante el estrado principal. El presidente Juan Orlando Hernández se mantuvo de principio a fin en compañía de su esposa, Ana García, al igual que miembros del cuerpo diplomático. Desde el estrado principal dirifigió un breve mensaje a los ciudadanos que presenciaban los actos de los centros educativos capitalinos. Un fuerte resguardo policial hubo a lo largo del recorrido previsto para los desfiles y en el interior del recinto deportivo. Elementos de los cuerpos de socorro estuvieron a la expectativa para prevenir percances entre la multitud que acudió a esta actividad cívica. La exhibición del Instituto Central Vicente Cáceres (ICVC), como siempre, atrajo a cientos de capitalinos. A las 2: 20 pm ocurrió un incidente confuso con una bomba lacrimógena en la localidad de sol que provocó varias personas afectadas, detenidos y hasta un conato de histeria colectiva; sin embargo, los cuerpos policiales y militares lograron controlar la situación para que todo volviera a la normalidad. Tras una larga jornada, el Instituto Lisandro Quezada fue el que cerró la jornada en la que predominó el civismo y ese sentimiento patrio que embarga a los hondureños en estas fechas.