El sueño de Morazán sigue vivo
“EsnEcEsario rEformary rElanzarla institucional id ad dElaintEgración rEgional”
El reloj marcaba las 5:30 de la tarde del 15 de septiembre de 1842. La plaza mayor de San José, Costa Rica, estaba abarrotada y el bullicio era ensordecedor. El general Francisco Morazán, con temple de héroe y de valiente guerrero, caminó inmutable hacia el paredón de fusilamiento. Antes que la tropa descargara sus fusiles tuvo tiempo para alentar a su aliado Vicente Villaseñor, quien corría el mismo destino del líder unionista, y le alentó con la célebre frase: “Querido amigo, la posteridad nos hará justicia”. Las ráfagas resonaron en la plaza y en un último hálito, el prócer gritó al pelotón: “¡Aún estoy vivo!”. La última descarga apagó su existencia y con ello el sueño de una Centroamérica unida en lo político, económico y social. 176 años han pasado desde el asesinato del héroe unionista y durante todo este tiempo se han realizado múltiples intentos de retomar e impulsar el sueño morazanista de la Patria Grande, pero la mayoría de los intentos han zozobrado por diversas circunstancias e intereses regionales. Muchas de las instituciones de la integración como la Corte y el Parlamento Centroamericano han sufrido un estancamiento y no gozan de la confianza de la población centroamericana por su ineficacia en la resolución de conflictos. La integración regional tuvo su mejor momento en la década de los 90 tras la firma del “Protocolo de Tegucigalpa” que creó el Sistema de Integración Centroamericana (Sica), el cual entró en funcionamiento el 1 de febrero de 1993; sin embargo, en la actualidad el proceso ha experimentado un estado de parálisis. Sin embargo, recientemente los gobiernos de Honduras, El Salva- dor y Guatemala han retomado el estancado proceso integracionista al relanzar la Unión Aduanera que permitirá la creación de una amplia área de libre circulación de mercancías y personas. Esta iniciativa representa uno de los objetivos más ambiciosos del ideal integracionista de Centroamérica con el que soñó Morazán porque se basa en los tratados fundacionales de la unificación regional. Se trata de la primera Unión Aduanera en el continente americano. Justamente, dentro de tres años Centroamérica se apresta a celebrar el bicentenario (200 años) de emancipación política de la corona de España y es el marco oportuno para revisar la institucionalidad, reformarla y darle un nuevo y decidido impulso que permita materializar el sueño de nuestro más grande prócer.