Doble cara, como la moneda
La doble moral consta de hacer algo totalmente distinto a lo que se habla, predica y tristemente se asegura. En términos simples, es negar con los hechos lo que se expresa con la palabra, una total incoherencia humana, pero un vicio real del cual se es preso. A veces me sumerjo en total impotencia y decepción cuando por error (la mayoría de veces) pienso en la inconsistencia moral que reina sobre los gobernantes y las personas encargadas de hacer funcionales los órganos institucionales que brindan seguridad al país. Honduras atraviesa una seria crisis económica y social, sus índices de violencia se han disparado de manera escandalosa en los últimos años, la calidad de vida de la mayoría de habitantes desciende a siete mil revoluciones por hora, hasta al punto de vivir en una especie de zona de guerra sin guerra. A pesar de todo esto, un gran sector de los pobladores hondureños parece vivir en una especie de burbuja de aire, llena de fantasías y engaños porque comentan, buscan soluciones y expresan un apoyo casi heroico sobre los problemas de otros países. Lo paradójico y extraño está sobre la base del desinterés de estos hondureños por los problemas anteriormente expuestos que agobian la nación. A veces me sumerjo en total impotencia y decepción cuando por error (la mayoría de veces) pienso en la doble moral de muchos hondureños, así como la moneda.
FREDY LÓPEZ