Un bálsamo para el fútbol de Honduras
Esta semana ha sido de buenas noticias para el balompié hondureño luego de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos hiciera llegar a la Fenafuth 41 millones de lempiras recuperados por ellos luego de las pesquisas contra los directivos catrachos involucrados en actos de corrupción por la venta de derechos de los partidos de la Selección Nacional. Esto no debe alegrarnos mucho porque nuestro balompié tiene deudas millonarias producto de la inexistencia del Proyecto Gol que obliga en cada concentración a gastar dinero en canchas y hoteles. Paralelamente, además del choque en España contra Emiratos Árabes en octubre, se ha confirmado para el próximo noviembre dos encuentros amistosos de la Bicolor, uno en Perú y otro en Chile aprovechando la buena relación de la Fenafuth con el técnico Reinaldo Rueda que ahora dirige a la Roja. Entretanto, el fútbol de Liga Nacional continúa atrasado, ya que los presidentes de los clubes no han entendido que lo más urgente es crear estructuras administrativas eficientes y promover las escuelas de fútbol, especialmente en el norte del país, zona en la que nace el mejor talento hondureño el cual se pierde por falta de canchas y entrenadores. La calidad de los futbolistas extranjeros que aceptan hoy jugar en nuestro país es mala y muy distante de estrellas que vinieron de la primera división de Uruguay o Argentina, como Vicente Viera, Juan Carlos Contreras o Luis Abdeneve, por mencionar algunos. Muchos directivos actuales contratan a futbolistas de inferior calidad a los disponibles en el medio y así endeudan a sus instituciones pasándose todo el año viendo cómo conseguir dinero para honrar sueldos. Es triste confirmar a cada rato que cuando hacen los calendarios de Liga los equipos envían en su representación a personal no calificado que se traga programaciones que ya se sabe habrá que hacer de nuevo.