Diario La Prensa

¿Con qué soñamos?

LO MÁS FÁCILES DESVIAR LA MIRADA, CERRAR LOS OJOS O PONERLOS EN BELLO, PERO LA REALIDAD ESTÁ AHÍ

- Elisa M. Pineda E_ pinEdahn@yahoo.com

Soñar, nodormidos, sinototalm­ente despiertos, como base de la acción creador a, como la posibilida­d de ver sea futuro de manera distinta es una acción necesaria para todos. Un gran proyecto debe ser primero un gran sueño .“Si lo puedes soñar, lo puedes lograr ”, es una frase atribuida aWaltDisne­y, de esasqu ese convierten en fuente de inspiració­n para muchos. Por eso vale la pena centrar laatención­enello. Unagranpar­tede nuestra población tiene luchas tan grandes que librar día a día, que es muy probable que no tenga espacio para otra cosa. Difíciles imaginarse a futuro, en una realidad mar cada por carencias de todo tipo, desde las materiales, hasta las afectivas. En una situación prolongada, donde el reconocimi­ento de la dignidad humana ha dejado de ser algo común, es más difícil hablar de sueños. La incertidum­bre del futuro cercano, el cúmulo de p ro mesaspolit­iqu eras incumplida­s, la fragilidad del tejido social, hace que la realidad absorba todo y parece que no hay espacio para sueños. Nuestra gente está enferma de realidad, tanto así, que se ha acostumbra­do a ella, a veces bajo el riesgo de no percibir el ir respeto de sus propios derechos, especialme­nte cuando se trata de la población más vulnerable: niños, mujeres y adultos mayores. Muchos deambulan entre nosotros, a ojos vista de todos, unos hacen malabarism­os en los semáforos, como una triste representa­ción del o que deben hacer con su propia existencia, otros están en lugares menos accesibles, pero en situacione­s igualmente do lorosas. Una de esas tardes complicada­s conducía hacia mi trabajo, luego de una reunión. Pensaba en las actividade­s pendientes, cuando tres niñas de ropas curtidas me sacaron de mis pensamient­os. Hacían pobres intentos por lograr entretener con cuatro naranjas y obtener dinero. Observé sussemblan­tes, casisinexp­resión, platicaban entre sí y parecían ignorar al agente, excepto cuando extendían su mano. Un hombre que cruzó la calle, pasó a su lado y les dedicó una miradalasc­iva. Noseinmuta­ron, segurament­e acostumbra­da saque esosuceda. Allí, frenteatod­os, en plenavíapú­blica. ¿Conquésoña­rán esastresni­ñas?, ¿quépodráns­oñar los miles de niños yjó ven eshondureñ­oss in acceso a una vida digna? Tal vez contener asegurada su comida, conunjugue­te, coniralaes­cuela, con dormirenun­acama. Talvezsueñ­en conirsedea­quí, despuésdet­odo, las val las publicitar­ias que les rodean les presentan un mundo inaccesibl­e. Y nosotros ,¿ tendremos espacio en nuestros sueños personales para los niños y jóvenes de Honduras? ¿Vemos un futuro distinto para ellos ?,¿ o seguiremos creyendo que es asunto solamente del Estado, de los políticos? Por todos es conocido que tenemos una enorme crisis de nuestra clase política. Una gran parte de ella está demasiado ocupada en temas más relevantes como la regulación de la re elección o en su defensa ante la creciente ola de rumores producto de los escándalos de corrupción. Aunque sea el Estado el principal responsabl­e develar por las condicione­s de los derechos humanos de sus ciudadanos y de crear las condicione­s parasudesa­rrollo, esclaroque­sus posibilida­des–porlasrazo­nesque sean-son en realidad muy limitadas, pero no solo presupuest­aria mente, sino de voluntad. Es pertinente preguntar se nuevamente¿ y nosotros, tenemos en nuestros sueños espacio para los demás, para aquellos que no son familia y amigos, para quienes no conocemos ?,¿ nos planteamos hacer algo para cambiar esa realidad en la que nos encontramo­s? Lo más fáciles desviar la mirada, cerrarlos ojos o ponerlos en alguna pan tal lita luminosa individual y verlos lindos paisajes de Honduras o de otras latitudes, pero esa realidad seguirá estando allí. Individual mente no podemos cambiar el mundo, pero sí podemos ser la diferencia en el mundo de alguien. Asumamos nuestra responsabi­lidad, soñemos con nuestro país en otras condicione­s, pero también actuemos por hacerlo realidad. Yo sueño con un despertar de la conciencia y hoy he dadounpaso­más: locompartí­con usted.

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