El encanto de discutir
¿Conoce usted algunas personas a quienes les encanta discutir y hacer valer sus opiniones? Esos que prefieren perder un amigo a perder una discusión. Y es que el discutir se convierte en hábito. Y eso fue justamente lo que le ocurrió a Benjamín Franklin en sus años de juventud. Él mismo lo relata en su autobiografía. No había nada que le gustara más que las discusiones. Hasta que un amigo lo llevó aparte y le dijo: “¡Ben, eres imposible! ¡Tus amigos se lo pasan mejor cuando tú no estás con ellos! Te crees que sabes tanto que nadie puede decirte nada. ¿Sabes que tus opiniones son una bofetada para todo el que no esté de acuerdo contigo?” Benjamín Franklin tuvo el suficiente sentido común para aceptar esas crudas verdades y darse cuenta de que iba al fracaso en su vida social. Dispuso inmediatamente cambiar su forma de ser, y pensó en suprimir esa fanática forma de argumentar, por la de escuchar primero y luego suavizar sus respuestas. Así, con el tiempo llegó a ser uno de los hombres más sabios y queridos de la historia de Estados Unidos. El profesor Dale Carnegie lo cita en su libro “Cómo Ganar Amigos”, con una de sus frases más conocidas: “Si discutes, contradices y causas rencor, es posible que a veces creas haber triunfado. ¡Pero será un triunfo vano, porque nunca te ganarás siquiera el respeto de tu oponente!”. Carnegie asegura que nadie puede ganar una discusión. Usted puede levantar la voz, discutir acaloradamente, pero recuerde que por muchos argumentos lógicos que emplee, no conseguirá que nadie cambie de parecer si no quiere cambiar. ¡Nueve de cada diez veces, al final de una discusión cada uno de los bandos está más convencido que nunca de que tiene toda la razón! Es imposible ganar una discusión porque aunque la gane, la pierde. ¿Por qué? Supongamos que triunfa sobre el otro y deja sus argumentos por el suelo demostrando que está torpemente equivocado. Usted se sentirá bien, pero, ¿y la otra persona?, la habrá hecho sentir inferior. Y como dice el dicho “quien es convencido contra su voluntad, sigue opinando igual”.
Desarrollar el hábito y convertirnos en discutidores crónicos… y muy molestos.
Actuar inteligentemente, comprender que la única forma de ganar una discusión, es evitándola.
LoNegativo: LoPositivo: