Tras el fallo
Bolivia ha quedado en un escenario complejo tras recibir un fallo inesperado y adverso de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en su intento de lograr que ese tribunal obligue a Chile a negociar el acceso soberano al Pacífico perdido en 1879. Las primeras reacciones en Bolivia ante la decisión del alto tribunal de Naciones Unidas, que reconoció que no existe obligación de Chile de negociar con Bolivia una salida al mar, fueron de tristeza, decepción y molestia, sobre todo desde el ámbito político. En declaraciones a Efe, el excanciller boliviano Javier Murillo consideró que la corte tuvo una “actuación decepcionante y lamentable”, que ha causado “un enorme perjuicio” a Bolivia, ya que ha quedado “en un escenario complejo”. “Esto en modo alguno elimina las posibilidades que tiene Bolivia de seguir planteando en el plano político, ya no en el jurídico, la necesidad de que se resuelva su problema, cosa que hemos venido haciendo en los últimos 139 años”, manifestó Murillo. La CIJ rechazó por doce votos a tres que Chile esté obligada jurídicamente a entablar negociaciones con Bolivia para que este país obtenga un acceso soberano al Pacífico, en contra de lo que habían pedido los abogados de La Paz mediante una demanda en 2013. No obstante, los magistrados agregaron en sus conclusiones generales que su fallo “no debe impedir que las partes continúen su diálogo e intercambios en un espíritu de buena vecindad”. Según Murillo, si bien se definió que “no hay una obligación jurídica de negociar”, se mantiene “la obligación histórica, moral y geopolítica de Estados vecinos de buscar caminos que permitan solucionar sus diferencias”, por lo que el camino que corresponde es el de la negociación “con o sin fallo de La Haya”. Aunque el escenario no es el que esperaba Bolivia, el fallo “no es algo que pone punto final”.