Temen pérdidas en siembra de postrera por El Niño
Desde septiembre a noviembre afectará el fenómeno que podría extenderse a marzo de 2019
TEGUCIGALPA. Un informe de monitoreo de la red de sistemas de alerta temprana de hambre revela que tras la afectación de las cosechas de granos básicos de la temporada de primera se teme que la postrera, principalmente en la zona del Pacífico, corra la misma suerte. Regiones en los departamentos de La Paz, el sur de Francisco Morazán y las zonas fronterizas con el departamento de Morazán en El Salvador, hasta septiembre reportaban los valores más bajos de precipitación; y ahora se enfrentan al exceso de agua que las últimas lluvias han dejado afectados los cultivos. “Hemos sido afectados primero con la canícula que dañó severamente las cosechas de primera, y ahora, hasta septiembre, presentamos también una sequía, pero con las lluvias que cayeron en los últimos días el cultivo se perdió. No tenemos la reserva de comida para enfrentar los próximos meses”, explicó Rosendo Rodríguez, agricultor en El Paraíso. Según el Monitoreo Estacional del Clima en Centroamérica, el fenómeno de El Niño se espera en el trimestre de septiembre a noviembre, llegando incluso a extenderse hasta marzo de 2019.
Las pérdidas. Datos de la Secretaría de Agricultura revelan que en el Corredor Seco la pérdida de la cosecha de maíz de primera es del 72% y la del frijol de 75%. Para atender a la población vulnerable se impulsa el Plan
de Atención a la Sequía 2018, en el que se desarrollan las estrategias de respuesta para atender las 65,000 familias en 74 municipios del país que fueron identificadas. “La mayor parte de la producción se queda en el Corredor Seco, adonde 65,000 familias producen unas 805,000 manzanas de ese grano para subsistencia; y es en ese sector adonde sí se afectó el 80% de la cosecha por la canícula prolongada”,
informó Mauricio Guevara, Ministro de Agricultura y Ganadería. Las siembras de postrera en algunas zonas tuvieron retraso y hay expectativas de riesgo de pérdida por posibilidades de precipitación por debajo de lo normal o por intensas lluvias, lo cual empeoraría la situación de las familias más vulnerables; aunque estos daños tendrán mayor repercusión a principios de 2019, según expertos.