Niños solos
“sonTanTosniños solos que no caben en albergues conTraTadosa empresasprivadas”
Llegan solos. Sobretodo de Honduras, Guatemala y El Salvador. No han cumplido, nisiquiera, los18años de edad. Vienen a Estados Unidos para reunirse con sus papás, con sus hermanos, coneltío, conesefamiliar lejano que apenas conocieron. Llegan muertos de cansancio luego de cruzar elMéxicobravo. Sisonniñas, elriesgo esmuchomayor. Sonsemanas, ya vecesmeses, decoyotes, maltratos, hambre, frío, durmiendo en el piso y soñando con una vida mejor. Pero cuando esos niños llegan a Estados Unidos los meten en rejas o en cuartos que se sienten como hiel eras. O entiendas de campaña en medio del desierto. A veces les dan órdenes en un idioma que no es el suyo. Y su idea de un país amable( que los iba a recibir con los brazos abiertos y que los protegería de la violencia y el hambre que sufrían en casa) se empieza a desinflar. Muchos de estos niños solos están llegando ala frontera sur de Estados Unidos. Se entregan en los puertos de entrada o cruzan ilegalmente y se quedan parados, sin resistirse, cuando los ven los agentes de la Patrulla Fronteriza. Casi todos llevan un número de teléfono apuntado en la palma del a mano, enunpie, en la suela del zapato, en el calzoncillo o amartillado en el cerebro apunta de tantorepetirlo. En septiembre pasado había 12,800 de estos niños solos en custodia del Gobierno de Estados Unidos, según investigó T he New York Times. Es una cifrarécord. Muchosmásdelos2,400 que cuidaban en mayo del 2017. Estos niños suelen estar un par de meses en albergues del Departamento de Salud y Servicios Humanos hasta que se los entre gana sus familiar eso aun adulto responsable de su cuidado. Pero como el Servicio de Inmigración (ICE) ha usado a estos niños como señuelos para arrestar a padres indocumentados, entonces a veces no los van a recoge rose tardan mucho. Son tantos niños solos que ya no caben en los albergues con tratados a empresas privadas por el Gobierno Federal. Y por eso ahora los están enviando a un gigantesco campo lleno de carpas en la desértica población de Tornillo, Texas. Ahí cabrían hasta 3,800 niños. Pero sin escuelas, centros recreativos oasistencialegal. Amuchosdeestos niños, reportaTh eN ew York Times, los trasladan a estas carpas de noche y sin aviso para que no se traten de escapar de sus albergues temporal es. Las carpas color beige en T ex as me recuerdan el tentcity donde el odiado sheriff Jo eArpaio enviaba a sus prisioneros en el condado de Maricopa, en Arizona. Las temperaturas en esa parte de T ex as pueden fluctuar desde un calor asfixiante durante el día hasta un frío que te hace temblar de noche. Sí, las carpas tienen aire acondicionado, pero no son campamentos de verano, como algunos funcionarios del Gobierno quisieran hacernos creer. El Gobierno les llama a estos niños“menores no acompañados”, como si fueran en una aerolínea. Este eufemismo esconde una política cruel y viola to ria de los derechoshumanos. Nosetratade simples inmigrantes. Son, en realidad, niños refugiados con derechos especiales por estar huyendo de zonasdeconflicto. Peroasíescomo el Gobierno de DonaldTrump trata a los niños centro americanos. Los pone encarpas, solos, eneldesierto. Olos separa de sus padres cuando entran a Estados Unidos, como recién ocurrió con más de 2,500 niños. La llamada política de“cero tolerancia” llevó a detener a niños y bebés que no podían comunicarse con sus padres. Y 136, todavía, no han sido re unificados con ellos. La doble morales insoportable. ¿Quéocurriríasi, depronto, niños estadounidenses fueran separados de sus padres al entrara México, Honduras, Guatemala o El Salvador ?¿ Se imaginan cómo reacciona ría Estados Unidos si alguno de sus países vecinos pusiera solos yen carpas a miles de niños estadounidenses durante 50 o 60días? Hacepoco, cercadeMcAllen, Texas, me le acerqué aun niñ oh on dure ño de apenas cinco años que había sido detenido junto a su madre por la Patrulla Fronteriza. Estaba cansado y asustado. Ingenua mente le pregunté qué le habían dicho sus papás, antes desalirdesucasa, sobreEstados Unidos .“Que era muy bonito ”, me dijo, con una media sonrisa. Ese niño todavía no sabía lo que le esperaba.