Izquierda, a frenar a Bolsonaro
El campo progresista brasileño, que llegó profundamente dividido a las elecciones presidenciales, se verá obligado a cerrar filas con Fernando Haddad para contener a su adversario en la segunda vuelta, el ultraderechista Jair Bolsonaro. El capitán de la reserva del Ejército, conocido por declaraciones de tinte racista, machista y homofóbico, tuvo un triunfo aplastante en la primera vuelta, con un 46,1% de los votos, pero se quedó corto y se citará para una segunda vuelta con Haddad, candidato del Partido de los Trabajadores (PT), que logró el 29,2%. Esa disputa entre la ultraderecha y la izquierda moderada será el próximo día 28 y para entonces Haddad deberá unir a un campo que dividió con otros tres candidatos (el laborista Ciro Gomes, el socialista Guilherme Boulos y la trotskista Vera Lucia Salgado) y sumar apoyos en el centro. Haddad también podría pescar entre los partidarios de la líder ecologista Marina Silva, una dirigente con cierta influencia pero que, en su tercer intento por llegar al poder, sufrió su mayor descalabro y obtuvo apenas del 1% de los sufragios. Pese a esas manifestaciones, la izquierda brasileña tiene grietas profundas que en parte responden a la situación del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien intentó aspirar a la Presidencia, pero fue inhabilitado por la justicia debido a su condición de preso y condenado por corrupción por un tribunal de segunda instancia. Aun cuando esa situación jurídica impedía su postulación, Lula fue hasta registrado como candidato del Partido de los Trabajadores (PT), que mantuvo su nombre hasta que fue vetado expresamente por el Tribunal Superior Electoral a inicios de septiembre pasado. También pesó la dura propaganda de los sectores conservadores contra el PT y la izquierda por la corrupción que en los últimos años salpicó a esa formación y en particular a Lula, el indiscutible líder de un espectro ideológico cuyo apoyo podría ser poco para Haddad.