Como agua y aceite
Todas las persona salo largo de su vida encuentran en su paso seres humanos que muestran un verdadero desdén por los demás. Generalmente son personas que traen dentro del paquete de su personalidad esta forma de ser. Esinnatoenellas, lohacendeuna manera genuina y no les cuesta ningúntrabajo. Algunas de ellas tienen méritos yotrasno. Algunas son famosas, otras son poten ta das, otras tienen estilo, pero el caso es el mismo. Unas personas se consideran mejor que los demás y no pierden oportunidad de hacerlo ver. Llevan acuestas todos los días la mala fortuna de ser soberbias. Los seres humanos que actualmente poblamos este planeta estamos siendo testigos de cambios acelera dí simo sen todos los aspectos. Venimos de los horrores de guerrasmundiales, superamosel Arma gedóny estamos en un punto de la historia donde la tecnología y la cultura nos están orillando en un lugar inhóspito y frío. Nunca antes en la historia de esta civilización las personas se han comportado de una manera tan vanayvil. Actitud es que antes se consideraban de baja catadura hoy sontoleradas, aceptadasyhasta celebradas. Talvez se trate de la nueva impronta en los jóvenes de hoy. Fríos, inmaduros, seguidores de tendencias alocadas, con un acentuado sentido del disfrute como principal meta de vida y un marcado desdén a lo convencional. Pero lo que está difícil de entender es la actitud de líderes actuales de edad intermedia que actúan con denotada soberbia en momentos cuando lo lógico es la conciliación yeldiálogo. Nunca la soberbia ha sido buena consejera. Elambientequela rodea nunca será de armonía o respeto. Para el soberbio su opinión es ley y no permite alternativas. Esta situación es peligrosa cuando además se combina con poder. Soberbia y poder lo único que engendran es resentimiento, despotismo y hasta odio. Hay muchos ejemplos de líderes soberbios a lo largo de la historia. La mayor parte de las veces son recordados conindignación. Personajesque afectaron tantas vidas y que crearoncaos, muerte y devastación cuando por la necedad de sostener una posición tomaron decisiones equivocadas. Es deprimente ver estos espectáculos en la política de nuestro país. La situación actual no está para observar estos juegos de poder. Se requiere de líderes que ya dejen atrás el ego y se muestren como lo que se espera de ellos. La confrontación a ese niveles aceptable pero hasta un punto lógico. No es sano ver insultos ydenig raciones mediáticas cuando sabemos que después llegarán a acuerdos con los mismos adversarios contra los cuales han despotricado. Se necesitan líderes políticos que sepan guardar la compostura. Son figuras públicas del más alto nivel. Deben dar una imagen de cultura. Si además son íntegros y honestos tendríamos la persona ideal. La humildad debe ser su vitrina. No deben aparentar lo que no son, está claro que la soberbia y la humildad no coexisten en la misma persona. Es como querer mezclara guay aceite.
“haymuchos ejempLos: soberbiaypoder engendran resentimiento, despotismoy hastaodio”