Piedra y fusil
Arrecia la dialéctica en quien se ha autoproclamado estrella de la campaña electoral con mitines en ocho Estados en la recta final de la votación con mezcla de temas, promesas en búsqueda de votos para los candidatos republicanos, como bajadas de impuestos o la movilización del ejército en la frontera con México. Los organizadores de las caravanas, cuatro ya, se han convertido en los mejores aliados de la administración Trump, pues le han proporcionado el combustible para el discurso antiimigrante y patriotero que alcanzó los niveles de absoluta intolerancia, aún con riesgo de vidas humanas, en estas últimas jornadas proselitistas. “Si ellos lanzan piedras como lo hicieron con los militares mexicanos y con la policía, yo digo que lo consideren como un rifle”. Piedra y rifle, un tú a tú en la dialéctica de quien se juega gran poder en la segunda parte de su mandato. Una reciente encuesta en The Washington Post refleja un 50% de apoyo a los demócratas y un 46% a los republicanos, poniendo nerviosos a los personajes de la Casa Blanca, pues la Cámara de Representantes podría tener mayoría demócrata dejando a los republicanos el Senado, cuya renovación es menor. En este panorama nada extraño que el protagonista de la película, pues es quien más tiene que perder, sea el presidente Trump, ya que el voto adelantado y la jornada de mañana es considerada, interna y externamente, una consulta sobre su polémica gestión que ni entre los conservadores halla respaldo suficiente para consagrar el aislacionismo en oposición al multilateralismo con abandono de acuerdos internacionales y alejamiento de los aliados tradicionales. Apelando al miedo y reviviendo sentimientos con calificativos de invasores, potenciales terroristas, narcotraficantes y traficantes de personas. Un escenario completo de maniobra electoral pone en primer plano al ejército y relegar a la Guardia Nacional. El despliegue de energía presidencial está motivada por la necesidad de motivar a la base republicana para que masivamente acuda a las urnas, puesto que tradicionalmente en las elecciones legislativas el número de votantes es mucho menor que en las presidenciales. Para ello el miedo a las caravanas y la recreación en mitines y discurso de la polémica figura presidencial son los dos polos fuertemente atractivos para despertar y llevar a los republicanos a las urnas. Piedra y fusil, un mano a mano, un tú a tú que marca este martes porque, en palabras de Trump, estas son “las elecciones de la caravana”.