Generación de empleo
La falta de oportunidades para la vida digna de la población está relacionada directamente con la generación de nuevos empleos, de eso no cabe duda. La crisis migratoria por la que atraviesa el Triángulo Norte Centroamericano, integrado por Guatemala, El Salvador y Honduras ha puesto éste y muchos temas más en evidencia. A esa urgencia de generar empleos parece obedecer la Ley de Fomento a la micro, pequeña y medianas empresas, mipymes, aprobada casi en su totalidad la semana pasada y que hoy continuará discutiéndose en el Congreso Nacional. Según datos del Consejo Hondureño de la Empresa Privada, Cohep, en el país hay más de 250 mil mipymes que generan cerca de 900 mil empleos en diversos sectores. De allí que el apoyo a este sector sea tan importante. La nueva ley significará la exoneración del pago de impuesto sobre la renta durante tres años a nuevas mipymes, es decir a aquellas que se creen a partir de la entrada en vigencia de la ley y que tengan de uno a 50 empleados; también facilitará el acceso a créditos en condiciones preferenciales. Aunque la iniciativa parezca bien intencionada, habrá que ver su efectividad, considerando que solamente incluye a las nuevas mipymes, lo que implica poner en un plano de desventaja a las que ya existen y subsisten a pesar de las adversidades, entre ellas y de manera sobresaliente el nuevo régimen fiscal y sus engorrosos trámites. El nuestro es un régimen fiscal que refuerza la desconfianza entre el sector público y la empresa privada, con facturas de corta vigencia que renovar constantemente, por ejemplo. Más orientado hacia las posibilidades de las medianas y grandes empresas, menos hacia las micro y pequeñas. ¿No hubiese tenido más sentido apoyar también a aquellas mipymes que ya existen, para que puedan crecer? Una iniciativa que genera exclusión en lugar de inclusión, invariablemente generará malestar y de eso ya tenemos suficiente en Honduras. Por otra parte, se trata de generar iniciativas con grandes posibilidades de desarrollo y no solamente negocios de subsistencia, que contribuyan a generar más subempleo, un tema grave en el país, más allá del desempleo abierto. Para lograrlo, se requiere un fuerte componente de capacitación, que incluya desde el contenido básico de la educación financiera, hasta lo más complejo, como la inocuidad alimentaria, para ese rubro en particular. La puesta en marcha de una estrategia de encadenamiento productivo es vital, lo que signifi- caría reducir los costos ligados a la adquisición de materia prima, por ejemplo. No todas las mipymes deben enfocarse hacia el consumidor final, sino que pueden ser parte de la cadena de valor de grandes industrias, pero ello requiere estudio. La iniciativa privada, a través de programas de responsabilidad social empresarial, así como el sector académico han impulsado algunas estrategias que habría que conocer y potenciar aún más. El acceso a fuentes de financiamiento es muy importante, pero si no va de la mano de una estrategia más amplia, corre el riesgo de no producir los resultados esperados, que no deben suscribirse únicamente a la colocación de créditos, sino de manera especial a la generación de empleos a partir de eso. Para generar empleo digno es indispensable además, que el país avance en otros temas vitales: educación y formación técnica de calidad, seguridad jurídica y de las personas, así como la agilidad administrativa del Estado, por citar algunas. Los grandes problemas del país requieren de grandes estrategias, no basta únicamente con el abordaje desde una sola vía. Tener buenas intenciones no es suficiente, Honduras requiere de verdaderas soluciones.
LeysoLoincLuye nuevasmipymes,