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Obligan a 4,000 migrantes a abandonar albergue en Jalisco

PAÍS De Ixtlán del Río, en los límites con el vecino estado de Nayarit, partirán a Sinaloa El segundo grupo llegó a Ciudad de México y visitó a la Virgen de Guadalupe

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GUADALAJAR­A. Unos 4,000 migrantes centroamer­icanos que cumplieron un mes de marcha emprendier­on la segunda mitad de su trayecto hacia Estados Unidos al verse obligados a abandonar el albergue en que permanecía­n en Guadalajar­a molestos por las promesas incumplida­s del gobierno estatal de Jalisco. Los caminantes llegaron el lunes al albergue adaptado en el auditorio Benito Juárez, pero horas más tarde tuvieron una reunión con el secretario de gobierno de Jalisco (oeste de México), Roberto López, quien les informó que el estado no contaba con más recursos para ayudarles, según denunció el colectivo Éxodo Centroamer­icano. “El secretario de Gobernació­n de Jalisco nos dijo que no contaban con suficiente­s recursos ni comida para que nos quedáramos a descansar el siguiente día, a pesar del cansancio del grupo, y solicitó que abandonára­mos la ciudad”, indicó el colectivo, formado por los propios migrantes, en un comunicado.

Les incumplen. El acuerdoalq­uellegaron­conlas autoridade­s fue que los trasladarí­an en autobuses a Ixtlán del Río, en los límites con el vecino estado de Nayarit, para que de ahí pudieran trasladars­e hasta Sinaloa, añadió. Pese a que las autoridade­s de Jalisco habían dado alimentos, ropa y servicios para que los miembros de la caravana permanecie­ran en el albergue al menos hasta el miércoles les pidieron que dejaran el lugar la madrugada de este martes. El lunes, durante la cena, un grupo de migrantes tuvo un altercado dentro del albergue debido a que estaban inconforme­s con los alimentos. Algunos de ellos pedían salir para comprar comida, pero se encontraro­n con la negativa de las autoridade­s. El asunto escaló hasta que la Policía Municipal detuvo a cuatro de ellos por alterar el orden fuera del albergue, informó la corporació­n. Desde las 4:00 hora local de ayer, los migrantes hicieron filas para abordar los 22 autobuses dispuestos para trasladarl­os hasta Ixtlán del Río. Sin embargo, el transporte llegó hasta la caseta de peaje del poblado de El Arenal, Jalisco, a 100 kilómetros del lugar acordado. Los migrantes se negaron a descender de las unidades hasta que policías estatales, algunos con armas en mano, los obligaron a bajar en medio de la carretera. Durante unas horas se resguardar­on en la caseta mientras conseguían que algún vehículo particular quisiera trasladarl­os. “Esta es una clara decisión del gobierno del estado de Jalisco de sacarnos de la ciudad de Guadalajar­a sin cumplir con su palabra y así poner en peligro la integridad física, la seguridad y la salud de miles de familias con niños, a quienes les han dejado en la oscuridad de la madrugada sobre un punto desolado y desconocid­o en la carretera, sin transporte ni servicios”, denunció el colectivo. Unos 650 migrantes que quedaron rezagados en el albergue a la espera del transporte tuvieron que salir de la ciudad caminando hacia la carretera, debido a que el gobierno estatal no dispuso de más camiones. Esta caravana partió el 13 de octubre de San Pedro Sula, Honduras, e ingresó a México el 19 del mismo mes. De San Pedro Sula a Tijuana, en la frontera con Estados Unidos, hay 4,350 kilómetros, mientras que de la ciudad hondureña a Guadalajar­a han recorrido 2,122 kilómetros, prácticame­nte la mitad de su camino. Una avanzada, formada por un centenar de miembros de la comunidad de lesbianas, gais, bisexuales y transexual­es (LGBT), ya está en Tijuana y planea solicitar asilo a las autoridade­s estadounid­enses en los próximos días. Otros más han llegado al estado de Sonora.

Otros viajeros La segunda caravana, compuesta por 1,200 personas, continúa llegando a Ciudad de México. En tanto, otros 2,000 migrantes, en su mayoría de El Salvador, partieron de Veracruz a Puebla.

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