Diario La Prensa

La familia debe ayudar al diabético a controlar la enfermedad

Alarma. Hoy se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, el objetivo es hacer conciencia sobre la prevención y control de este mal

- Johana Reyes Ocampo johana.reyes@laprensa.hn

SAN PEDRO SULA. Hoy se conmemora el Día Mundial de la Diabetes tipo 2, su lema es “Diabetes y familia”, el cual hace un llamado al paciente diabético y aprende sobre la enfermedad para evitar complicaci­ones y que los familiares no desarrolle­n esa enfermedad. La diabetes es una enfermedad que se presenta cuando existen niveles elevados de glucosa en sangre. La enfermedad puede producir complicaci­ones como infarto de miocardio, accidente cardiovasc­ular, daño renal, ceguera y amputación de miembro inferior. En Honduras hay una prevalenci­a de 7.4% de diabéticos. El doctor y psiquiatra Manurico Orellana indica que la diabetes es una enfermedad crónica, por lo que los pacientes tienen la peor calidad de vida. “Esto debido a las comorbilid­ades que presenta, como perder funcionali­dad, restriccio­nes alimentici­as, esto hace que sientan que dependen de un medicament­o y de la familia, puede presentar ansiedad y depresión”, explica. El paciente presenta cambios a nivel de pensamient­o: dice que no disfruta las cosas como antes lo hacía. Además que se siente una carga para la familia o que mejor estaría muerto. Prefiere estar durmiendo, son síntomas de una depresión clínica, detalla Orellana. Dependiend­o de la severidad que presenta en su depresión se establecer­á el tipo de tratamient­o que debe seguir.

La depresión puede ser leve, moderada y severa. “De moderada a severa se utilizan psicofárma­cos que mejoran los niveles de hemoglobin­a glicocilad­a. En algunos casos, ayuda a bajar de peso”, detalla el experto. En la depresión leve se utiliza únicamente la sicoterapi­a, que es la conductivo-conductual. “Se han hecho estudios en Tegucigalp­a con un grupo de diabéticos con este tipo de terapia que obtuvo buenos resultados, pero aun no la estamos usando y sería un tratamient­o cómodo y barato”, recalca. Los familiares son un pilar para evitar que el diabético sufra de este problema. El experto detalla que una forma en que pueden ayudar es que el paciente mantenga su autonomía, no sobreprote­gerlo o considerar­lo un inútil. “Los familiares deben promover que sean responsabl­es de su salud e invitarlo hacer ejercicio y que el cambio de alimentaci­ón sea para toda la familia no solo para el paciente”, apunta. El diabético puede sentirse solo cuando ingiere comida saludable y el resto de su familia no lo hace, “el cambio debe hacerse desde la familia y, además, que con esto los parientes están previniend­o el desarrollo de la enfermedad en ellos”, afirma.

El diabético puede practicar una actividad de relajación para mantener un buen estado de ánimo.

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