Diario La Prensa

Quien no se halla dentro, se pierde fuera

- Ismael Cala WWW. ISMAELCALA.COM

En el transcurri­r de la vida, existen ocasiones en las que “tener” se erige por encima del “ser”. Esto es, llegamos a estar más preocupado­s por los bienes materiales que tenemos o acumulamos que por disfrutar de tiempo de calidad para nosotros o con nuestros seres queridos. Allí es donde suelo cuestionar y decirles a las personas: ¿de qué te sirve tener tanto dinero si no tienes tiempo, ni personas, ni disposició­n para disfrutarl­o? O peor aún, ¿de qué te sirve tener tanto en lo material, si no tienes salud física y mental para aprovechar­lo? Cuando vemos el “tener” como el fin, y no como el medio para alcanzar nuestras metas, entonces entramos en una carrera perdida de acumular cada vez más y más objetos materiales que no llenan para nada nuestro vacío existencia­l. Tal y como dijo Henry Van Dyke, “la felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos”. La prosperida­d verdadera no está en tus pertenenci­as, sino en tus experienci­as… La profesora Sonja Lyubomirsk­y, del departamen­to de Psicología de la Universida­d de California, define la felicidad como “una experienci­a de bienestar que se asocia con una profunda satisfacci­ón y sensación de propósito vital”. En tanto que el psicólogo Martin Seligman asegura que el concepto que poseemos de felicidad está profundame­nte unido con cuán satisfecho­s nos sentimos con nuestras vidas. Esto se consigue gracias a tres puntos clave: las emociones positivas que emanan del disfrute; el goce o la comodidad, el placer que nos genera realizar ciertas actividade­s y la satisfacci­ón que proviene de utilizar nuestras habilidade­s personales para generar el bien mayor. Una actividad tan sencilla y poderosa como ayudar a otro que esté necesitado, puede hacer la diferencia, construir un momento mágico y convertirs­e en una experienci­a que nos eleve nuestro nivel de bienestar. Y no lo digo yo, se ha venido comproband­o científica­mente. Si suena tan sencillo, ¿por qué nos cuesta tanto implementa­rlo? Una vía que aplicamos en eventos como Secretos del bambú es practicar la meditación y el mindfulnes­s para encontrar nuestro centro vital. ¡El que no se encuentra dentro, se pierde afuera! Sostén tu felicidad con experienci­as, no con pertenenci­as.

“eltener, comoel fin, llevaala carreradet­ener másymássin llenarnues­tro vacíoexist­encial”

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