Errores comunes con los animales domésticos

Las mascotas tienen reflejos que sus dueños creen que son de cariño, pero también pueden significar algo malo

Los animales de compañía son muy solicitados, sobre todo por los niños. Se dejan acariciar y son buenos amigos, pero no a todos les gustan las caricias permanentes ni que los tomen en sus brazos. Los dueños, en muchas ocasiones, malinterpretan su lenguaje corporal y a veces las señales que creen que son de cariño pueden ser de alerta o de agresividad. “Cuando los gatos ronronean, los dueños suelen creer que es porque se encuentran muy a gusto. En principio sí es así”, afirma Astrid Behr, portavoz de la Asociación Alemana de Veterinarios. “Pero los gatos también ronronean para entrar en una especie de trance cuando tienen dolores”, añade la experta. En esos casos, una visita al veterinario puede llevar a descubrir heridas o enfermedades. A continuación le presentamos unos consejos para evitar caer en interpretaciones erróneas con sus mascotas.

PECES

Si se alimentan demasiado defecarán en exceso, esto llevará a la descomposición de los elementos orgánicos, que se pudrirán y envenenarán el agua. Nunca hay que golpear el cristal del acuario. Los peces escuchan las vibraciones y esto puede dañar su audición. LOROS Y PAPAGAYOS En libertad, los dos tipos de ave viven en pareja dentro de la bandada. Para comunicarse imitan los gritos de los demás miembros. Si tiene solo una de estas aves comenzará a imitar los ruidos de las personas para llamar la atención.

HÁMSTERES

Durante el día no les gusta que los saquen de su jaula porque es cuando duermen. Pueden por ello morder para defenderse. Por las noches es cuando están activos, justo cuando las personas duermen.

CONEJOS

No es bueno acariciarlos. Cuando se sacan de la jaula y se les toma se quedan quietos, pero esto es una expresión de miedo, pues son muy asustadizos. Podrían llegar a morir de un infarto a causa del miedo. Lo mejor es colocarlos en el suelo y observarlos.

TORTUGAS

Los dueños de estas mascotas piensan que solo deben estar pendientes de su alimentación e higiene, pero también es importante llevarlas a la clínica veterinaria dos o tres veces por año para desparasitarlas, vitaminarlas y darles calcio, fundamental para el buen desarrollo del caparazón. Asimismo, es bueno sacarlas un momento para que reciban luz solar.