Frágil economía
Honduras es la 89º mayor economía de exportación en el mundo, y dicho ranking nos muestra que como país estamos muy bajos en los niveles de exportación a nivel mundial. Para traerlo a conceptos e ideas sencillas: las exportaciones representan los ingresos (lo que se vende) y las importaciones los egresos (lo que se compra). De ahí que si el país tiene mayores niveles de egresos, los números económicos siempre estarán en rojo, mostrando una inestabilidad financiera que no genera los espacios para el desarrollo económico y social. Las estadísticas muestran que las principales exportaciones de Honduras son tejer camisetas en centros maquiladores instalados en el país -esto por la mano de obra barata, sector que está en serio peligro por la automatización de los procesos-, sigue el café -siendo un postre y no un producto esencial de la mesa-, los jerseys de punto y plátanos. Sus principales importaciones son refinado de petróleo, o sea, combustibles, medicamentos envasados, camiones de reparto y automóviles. Analizando dichos factores que muestran la realidad económica del país podemos establecer que a mayor tasa de importaciones sobre las exportaciones esto dará como resultado mayor endeudamiento, y dicha deuda es uno de los factores de riesgo para ya la endeble economía nacional. Es difícil encontrar respuestas acerca de los sectores en los cuales debería invertir el país para exportar, pues todo progreso económico debe comenzar por una fuerte inversión en educación de altos niveles y estándares internacionales. Las grandes economías del mundo aparte de tener un sistema educativo de primer orden están invirtiendo en rubros tecnológicos y de innovación científica y no tanto en materias primas tradicionales, países como Singapur, Israel, Corea del Sur son ejemplos de ello. Esto supone que se requiere un cambio de visión estatal en las políticas educativas y económicas, pues de otra forma seguiremos estancados ante la ola de automatización que ya cubre el escenario global.