Antimotines venezolanos reprimen a estudiantes que adversan a Maduro
En paralelo, se realizó otra marcha estudiantil formada por simpatizantes del chavismo
CARACAS. Estudiantes universitarios venezolanos se enfrentaron ayer a la policía, que bloqueó una marcha en Caracas en protesta contra el gobierno, al tiempo que alumnos chavistas se movilizaban hacia el centro de la ciudad. Un nutrido piquete de agentes antidisturbios y militares impidió que cerca de 400 alumnos de varios centros de educación superior salieran desde la Universidad Central de Venezuela (UCV) para manifestar contra el gobierno con motivo del “Día del estudiante”. Los universitarios intentaron traspasar a la fuerza el cerco tendido por los uniformados, y éstos, para dispersarlos, activaron bombas de estruendo y dispersaron gases lacrimógenos, observó un equipo de la AFP en el lugar. Un grupo de encapuchados, algunos con botellas y piedras, tomaron posiciones para enfrentarse a los policías, pero se replegaron al ser alcanzados por los gases. Una estudiante resultó levemente herida, según dijo, por el roce de una bomba lacrimógena, y fue atendida por paramédicos; en tanto que un policía también fue asistido por una lesión en la boca. “Después dicen que los violentos somos nosotros”, lanzó ese oficial, quien previamente les había explicado a los líderes estudiantiles que no podían marchar porque no tenían permiso de las autoridades locales. “¡Queremos condiciones de igualdad! ¿Dime cuál es la diferencia, por qué unos estudiantes pueden marchar y otros no?”, cuestionó un estudiante al uniformado. Se refería a la movilización de universitarios chavistas hacia el palacio presidencial de Miraflores, también en el marco del “Día del estudiante”. Esa marcha transcurría sin sobresaltos. Previo a la frustrada marcha desde la UCV, los estudiantes celebraron una asamblea en el claustro en la que denunciaron la crisis de las universidades a raíz de la debacle económica de Venezuela. La grave crisis se ve traducida para los estudiantes y sus casas de estudio en bajos presupuestos, deserción, pagos de becas “casi nulos”, fallos en el sistema de transporte y otros.