Se olvidó de América Latina
Adalid del multilateralismo, el presidente francés Emmanuel Macron ha recorrido en año y medio de mandato más de 250,000 kilómetros en decenas de viajes por todos los rincones del planeta, pero se ha olvidado de América Latina, al menos hasta ahora. Su presencia en Buenos Aires a final de mes para participar en la cumbre del G-20 romperá una ausencia que contrasta con la etapa de su predecesor, el socialista François Hollande, que hizo de esa región uno de los vectores de su política exterior. Así lo piensan varios expertos consultados por Efe, que consideran que Macron “dilapida” ese trabajo en un momento en que la administración estadounidense liderada por Donald Trump se repliega sobre sí misma y renuncia al multilateralismo. “Extraña que haya cambiado su actitud hacia América Latina”, estima el director del Observatorio de Política de América Latina y el Caribe de Sciences Po, Gaspard Estrada. El actual inquilino del Elíseo no ha recolectado los frutos sembra- dos por Hollande, sobre todo en la segunda parte de su mandato, cuando nombró a Jean-Pierre Bel, expresidente del Senado, como su enviado especial a la región. Las relaciones se estrecharon con varios países, lo que se reflejó en una serie de viajes a la región e innumerables visitas de mandatarios latinoamericanos a París. Siempre tras los pasos de François Mitterrand, que en los años 80 se acercó a los movimientos izquierdistas latinoamericanos, Hollande apostó por una región que Macron ha relegado a “pariente pobre de la política exterior”, en palabras de Christophe Ventura, especialista en América Latina del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (Iris). El experto cree que el actual presidente francés “no tiene ningún vínculo” con esa región y que su política exterior es muy personalista. Además, ve a América Latina como una constante fuente de crisis e inestabilidad.