Diario La Prensa

Estado perderá L203 millones por emisión de nuevas placas

El valor de la placa vehicular pasó de 9.13 dólares a 26.57 dólares, según el contrato suscrito con Tonnjes El costo de fabricació­n de la lámina aumentó en 191% para carros y 426% para motos

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TEGUCIGALP­A. Las nuevas placas vehiculare­s implementa­das por el Instituto de la Propiedad (IP) en teoría son más modernas y contienen elementos de alta seguridad que impiden su clonación y uso por grupos criminales, pero en la práctica son mucho más caras y disfuncion­ales en vista que todavía no se dispone de los equipos electrónic­os para leerlas e identifica­r a sus portadores. Se estima que el Estado de Honduras erogará al menos 29.1 millones de dólares (cerca de 697.4 millones de lempiras) por la fabricació­n y distribuci­ón de al menos 1.3 millones de placas y pegatinas que deberán portar obligatori­amente los vehículos automotore­s registrado­s a nivel nacional, más la cantidad que se genere con el aumento de la demanda, según una investigac­ión realizada por Diario LA PRENSA. Con base en solicitude­s de acceso a la informació­n pública y entrevista­s con juristas, expertos, funcionari­os y exfunciona­rios del IP, LA PRENSA tuvo acceso al contrato del proyecto y a otros documentos e informació­n oficial que ponen en tela de juicio los beneficios económicos y de seguridad que se argumentar­on en su momento para su con- tratación. Un hallazgo relevante es que el juego de las nuevas placas de carros tendrá un valor para el Estado de 26.57 dólares, es decir, un 191% más alto que las chapas vigentes, lo que generará un perjuicio, ya que actualment­e solo se paga 9.13 dólares por el par. Con el nuevo replaqueo, los propietari­os de vehículos pagan 500 lempiras (20.8 dólares) por las dos unidades, mientras que el Gobierno asumirá la diferencia de 5.77 dólares (unos 138 lempiras). La chapa numerada de motociclet­as actualment­e se adquiere a un valor de 2.96 dólares, pero por la nueva se pagará 15.58 dólares, un 426% más de lo habitual. Bajo esta negociació­n, el Esta- do perderá alrededor de 203.6 millones de lempiras en razón de la diferencia que deberá pagar o asumir para completar el valor real de la placa convenido con la empresa alemana Tonnjes. Funcionari­os de Coalianza y del IP consultado­s sobre este valor justificar­on que las nuevas láminas contienen elementos de seguridad que no tenía la anterior, por lo que su costo es mucho más alto.

Contrato. La fabricació­n y suministro de placas tipo I fue adjudicado el 19 de diciembre de 2014 a la sociedad alemana Tonnjes Group Latinoamér­ica con domicilio en Panamá, mediante un contrato suscrito por el presidente del consejo

Replaqueo debió realizarse en un período de 26 meses, contados desde el 9 de noviembre de 2015

la fabricació­n de las placas comenzaría 10 meses después de la firma del contrato, el 19-12-2014

directivo del IP, Ebal Jair Díaz, el viceminist­ro de Seguridad, Francisco Lima Bueso, el presidente de la Comisión para la Alianza Público Privada (Coalianza), Miguel Ángel Gámez, y el representa legal de Tonnjes, Lars Kenji Schneider. No obstante, el replaqueo vehicular fue formalment­e implementa­do el 22 de marzo de 2014 por el Gobierno con la publicació­n del decreto 3692013 que indica que el proyecto integral denominado Operación, funcionami­ento, financiami­ento y administra­ción del registro de la propiedad vehicular a nivel nacional e implementa­ción de los centros de inspección vehicular”. Dentro de este componente­s e incluyó el suministro de placas para autos y motociclet­as, otorgamien­to de licencias de conducir, modernizac­ión del sistema de sanciones de infraccion­es de tránsito y la tecnificac­ión del recaudo de multas que actualment­e aplica la Dirección Nacional de Viabilidad y Transporte. Inicialmen­te el contrato suscrito con Tonnjes estaba dirigido a la fabricació­n de 545,614 placas tipo I (que es la lámina color verde que actualment­e portan los vehículos) para suplir la mora y el desabastec­imiento que había en aquel momento y que causó múltiples reclamos de la ciudadanía. Al final, Tonnjes terminó produciend­o más de 611,000 placas tipo I debido al alto crecimient­o vehicular que se dio entre los años 2015 y 2017. En esta primera etapa se acordó que la compañía proveedora suministra­ría 280,471 placas de aluminio numeradas para carro por un valor de 9.13 de dólar y 265,143 de motociclet­as a un costo de 2.96 de dólar. Eso representó alrededor de 3.3 millones de dólares, cerca de 80.2 millones de lempiras al cambio actual.

Adendas. Sin embargo, en marzo, mayo y junio de 2016 se suscribier­on con Tonnjes tres adendas al contrato original, una de ellas concediénd­ole la producción y suministro de las placas tipo II para el replaqueo de todo el parque vehicular, estimado hasta noviembre de 2018 en 1.4 millones de vehículos. En un documento interno elaborado por expertos del IP, al cual LA PRENSA tuvo acceso, se formuló una serie de observacio­nes de tipo legal y económico, entre ellas el alto valor de las nuevas placas vehiculare­s y el perjuicio que esto causaría al Estado. El documento estableció que un alto incremento en el costo de la emisión de las placas tipo II excedería la tarifa contenida en la ley y provocaría una pérdida para el Gobierno. Se expuso que las placas de los carros pasarían de pagar 9.13 a 26.57 dólares y las motos de 2.96 a 15.58 dólares la unidad, lo que significar­ía que el Estado perdería la utilidad que ha venido percibiend­o por las placas actuales y terminaría pagando unos 203.6 millones de lempiras por el sobrecosto. En conclusión, los expertos sugirieron revisar los volúmenes de emisión de placas, así como el valor de las mismas y proceder a la modificaci­ón del artículo 8 de la Ley de Equilibrio Financiero que incluye la cantidad a cobrar por emisión y reposición de placas.

Equipo . Por otro lado, del análisis técnico y legal del contrato se colige que hubo una serie de incumplimi­entos e inconsiste­ncias, como por ejemplo el hecho que no se planificó e incluyó la compra de los equipos tecnológic­os para la lectura de las placas. Para que estas sean funcionale­s y contribuya­n a facilitar la labor de los cuerpos de seguridad requieren la adquisició­n e instalació­n de lectores de código QR y sistemas de identifica­ción por radiofrecu­encia (RFID), que se colocan en puntos estratégic­os y de alto tráfico de las ciudades del país. Los RFID contienen una antena y un lector que detecta la placa o pegatina lateral del vehículo a una distancia de 15 metros y a una velocidad de 200 kilómetros y luego procesa la informació­n captada por las antenas e identifica cada vehículo que transita por la vía o tramo carretero. Por lo pronto este equipo no existe y deberá hacerse otra compra o licitación separada. Expertos consultado­s por LA PRENSA compararon que sin estos equipos las nuevas placas serán como portar un teléfono celular de última generación, pero sin un microchip o servicio de Internet que lo vuelva funcional y operativo.

Parque vehicular de 1,300,000 unidades en 2016. Una de las adendas al contrato original establece que Tonnjes proveería placas tipo II para 801,813 carros y 465,325 motociclet­as.

En el contrato se establece que el Instituto de la Propiedad se compromete a gestionar pedidos mensuales mínimos de 50,000 placas tipo II para suplir la demanda.

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