AMLO y los migrantes
Después de un controversial sexenio marcado por varios hechos que marcaron negativamente su presidencia, entre ellos, la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela rural de Ayotzinapa, en septiembre de 2014, el escándalo de la Casa Blanca y una desastrosa guerra contra el narcotráfico que dejó miles de civiles muertos, el presidente Enrique Peña Nieto, entregó el sábado la “Silla del Águila” a su sucesor Andrés Manuel López Obrador. El flamante, controversial y tenaz exalcalde del Distrito Federal, asumió el mando presidencial con un sólido respaldo popular y en medio de las expectativas de los mexicanos que en su sexenio ayudará a reducir las enormes desigualdades sociales y los altos niveles de violencia que priman en la segunda mayor economía de Latinoamérica. En su discurso de asunción el líder izquierdista reivindicó a los pobres y desposeídos mexicanos y dijo que serán prioridad durante su administración. El Estado, aseguró, se ocupará de disminuir las desigualdades sociales, no se seguirá desplazando a la justicia social de la agenda del Gobierno y no se condenará “a quienes nacen pobres a morir pobres”. En su discurso, AMLO esbozó el corte izquierdista y eminentemente social que marcará su Gobierno en los próximos seis años. Sin embargo, de entrada, el nuevo presidente mexicano deberá lidiar con un problema migratorio mayúsculo con su vecino, la caravana de miles de centroamericanos que se encuentran estacionados en la frontera con Estados Unidos, buscando que se les conceda el asilo para poder ingresar a suelo estadounidense. El adecuado y salomónico tratamiento que le conceda a este problema definirá su política exterior en la materia y la relación que sostendrá en el futuro con su vecino y homólogo Donal Trump, quien insiste en la construcción de un muro en la frontera sur que sea pagado por los mexicanos. Hasta noviembre de este año, México deportó, por vía aérea a 1,338 connacionales indocumentados, incluidos 744 menores, muchos de ellos no acompañados; otros 33,336 hondureños, incluidos 6,060 niños, fueron expatriados por la vía terrestre. Los expertos estiman que con la llegada de López Obrador habrá una política mucho más amable con los miles de hondureños y centroamericanos que cruzan México para alcanzar el mal llamado sueño americano. Eso está por verse, y del tratamiento que le dé al problema de la caravana migrante se podrá deducir qué es lo que deberá esperar a nuestros migrantes.
“En su discurso dE asunción, El lídErizqu iErdista rEivindicó a los pobrEs y dEsposEídos”