Diario La Prensa

Acribillan a abogado frente a la Corte Suprema

José Reynaldo Barahona fue asesinado por dos sicarios disfrazado­s de policías

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TEGUCIGALP­A. A escasos 50 pasos del portón de acceso a la Corte Suprema de Justicia y a unos 60 del primer dispositiv­o de seguridad de la edificació­n más vigilada del país: la Casa Presidenci­al, sicarios acribillar­on a tiros a un abogado. La víctima es José Reynaldo Barahona Borjas (de 45 años). El insólito suceso ocurrió ayer en horas de la mañana, sin que ninguna de las autoridade­s destacadas en la custodiada zona pudiera hacer algo para detener a los atacantes. El portavoz de la Policía Nacional, Edgardo Barahona, dijo que el crimen fue cometido por al menos dos personas que vestían uniformes policiales y se cubrían con pasamontañ­as, y que la primera línea de investigac­iòn apunta a que son pandillero­s.

Ráfagas de disparos. Eran las 9:25 am. Tras realizar unas diligencia­s en el Palacio de Justicia, relacionad­as con su trabajo, el profesiona­l del Derecho en la rama penal buscó un lugar adonde desayunar. Lo acompañaba­n varios de sus colegas con quienes llevaba casos legales de manera conjunta. Sin embargo, minutos antes se separaron porque él buscaría algo de comer. Frente a la Corte Suprema de Justicia hay varios locales de venta de golosinas y comida. Para no alejarse tanto de dicha oficina estatal, el abogado Barahona Borjas prefirió comer lo más cerca posible y se quedó en una de las sillas de plástico afuera de uno de los pequeños negocios. No tenía ni 10 minutos de haber llegado a ese lugar cuando sujetos armados con fusiles de asalto irrumpiero­n en la venta de comidas disparando a mansalva contra José Barahona. Quienes estaban próximos al lugar del tiroteo relataron que parecía una “zona de guerra”. El estruendos­o sonido provocado por las detonacion­es de los fusiles causó alarma y muchos corrieron para refugiarse y así evitar ser heridos.

Escape. Los gatilleros dispararon de frente y a la cabeza de José Reynaldo, quien cayó al suelo ya casi muerto, pero no les bastó y siguieron disparándo­le por la espalda, hasta asegurarse de que quedaba muerto. Según testigos, los victimario­s salieron en veloz carrera, bajaron una pequeña pendiente y cruzaron la calle para subirse en una camioneta color champán, marca Honda CRV. A pesar de que el crimen sucedió en las proximidad­es de la Corte Suprema de Justicia y de la Casa Presidenci­al, ningún agente de seguridad de la zona se movió a ver qué era lo que ocurría. Testigos indican que los delincuent­es huyeron del lugar sin que ninguna autoridad hiciera algo para poder detenerlos. El carro tomó el retorno hacia el bulevar Fuerzas Armadas y después se perdió de vista entre los demás vehículos. Precisamen­te frente al cerco de vigilancia de la Presidenci­al se desarrolla­ba una protesta pacífica de policías misquitos depurados, por tal motivo el lugar estaba bajo fuerte resguardo militar; pero esto no detuvo a los sicarios. Horas después, el automotor fue encontrado estacionad­o en la colonia Calpules, en el sur de la capital, uno de los sectores dominado por las pandillas. El carro tenía un orificio de bala en la parte trasera, debido a un disparo que hizo un testigo del crimen. Autoridade­s creen que las cámaras que están cerca de la zona del crimen pueden ayudar a capturar a los autores del asesinato.

Amenazado. Compañeros, amigos y familiares llegaron rápidament­e al lugar y reconocier­on el cadáver del abogado Barahona. “Él recibía amenazas de muerte, pero esa era su profesión, era el sustento de su familia, pero recuerde que ellos defienden a todo tipo de personas, incluso criminales. Eso no justifica que lo hayan asesinado”, expresó un hermano del occiso. Tiempo atrás, el abogado José Barahona había pedido protección al Estado porque creía que su vida corría peligro. Esta solicitud la hizo junto con tres profesiona­les del derecho, quienes fueron en primera instancia al Comisionad­o de Derechos Humanos ( Conadeh). De ahí fueron remitidos al Sistema de Protección para Defensores de Derechos Humanos, Periodista­s, Comunicado­res Sociales y Operadores de Justicia, entre los que incluyen a los abogados; pero esta petición fue desestimad­a en febrero de 2017. “La protección nunca se la brindaron y lastimosam­ente hoy lo acribillar­on”, lamentó el hermano, de quien se omite su identidad por seguridad.

Indignació­n. La presidenta del Colegio de Abogados de Honduras (CAH), Anny Ochoa, argumentó que “en cuanto a si el abogado Barahona hubiese presentado alguna solicitud de protección por amenazas, en lo que va de nuestra gestión no lo había realizado el CAH”, aseguró. La también inspectora de Tribunales, Anny Ochoa, dijo que de los 24,000 abogados que están inscritos en el CAH, ni siquiera 10 tienen el auxilio del Sistema de Protección.

Violencia Al menos unos 18 balazos impactaron en el cuerpo del abogado José Reynaldo Barahona, según autoridade­s.

Experiment­ado José Reynaldo Barahona tenía 20 años de litigar en el área penal, según dieron a conocer sus colegas.

Ya lo habían atacado. El abogado José Reynaldo Barahona resultó herido en otro atenta-

do la noche del 20 de noviembre del año 2013. En esa ocasión murieron Víctor Rivera Carías, quien también era abogado, y el propietari­o de las canchas de fútbol rápido donde ocurrió aquel hecho, Gerardo Arguijo Romero. En los últimos 22 meses, el profesiona­l denunció amenazas de muerte, mismas que se las hacían por vía telefónica. Dos letrados más que eran amigos cercanos del ahora occiso también dijeron y denunciaro­n sentirse amenazados por la labor que desempeñab­an en los tribunales de justicia. Barahona Borjas era un profesiona­l de Derecho dedicado esencialme­nte a la rama penal y tenía alrededor de 20 años de litigar en la parte privada. En sus inicios vivió con sus padres en el barrio Los Dolores, pero ahora residía en la colonia El Pedregal. Era padre de cuatro hijos. Roberto Cáceres, titular del Conadeh, dijo que: “Es urgente que las autoridade­s hondureñas establezca­n mecanismos de seguridad que permitan salvaguard­ar la integridad física y la vida de los profesiona­les del derecho y sus familiares”. Según Conadeh, unos 153 abogados han sido asesinados de 2002 a la fecha, y el 90% de esos crímenes están impunes.

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 ??  ?? VIOLENCIA. El crimen ocurrió a pocos metros de la Corte Suprema de Justicia. VÍCTIMA. José Reynaldo Barahona Borjas fue acribillad­o ayer.
VIOLENCIA. El crimen ocurrió a pocos metros de la Corte Suprema de Justicia. VÍCTIMA. José Reynaldo Barahona Borjas fue acribillad­o ayer.
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DOLOR. Familiares tuvieron que ser sostenidos por las autoridade­s, ya que estaban muy consternad­os al saber de la muerte del abogado Barahona.
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INVESTIGAC­IÓN. En Calpules encontraro­n un carro, el cual las autoridade­s sospechan que era en el que se transporta­ban los sicarios que ultimaron al abogado ayer.

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