Aprende sobre el reciclaje

La contaminación es un tema que involucra a todos y tú puedes ayudar a reducirla con solo separar bien los residuos. ¿Por qué no llamarle basura? Dicho término se refiere a lo que ya no sirve y, en realidad, desechos como el cascarón de huevo, las latas de refresco o el cartón se ocupan para transformarse en otros productos. Los restos tienen procesos de descomposición y reciclaje diferentes, por lo que es útil dividirlos en orgánicos e inorgánicos. Así, facilitas su segunda vida; por ejemplo, unos pueden volverse abono de jardines. Los colores del reciclaje son fundamentales a la hora de diferenciar los tipos de residuos que puedes colocar en ellos. Por esta razón los basureros se deben de dividir por categorías:

Azul. Deposita plásticos transparentes, como botellas de agua. Siempre deben ir secos y aplastados.

Verde. Cáscaras o residuos de fruta, verdura y demás comida. A la larga funciona como abono.

Gris. Latas de aluminio de refrescos, jugos u otra bebida, también tienen que apachurrarse y no poseer líquido.

Amarillo. Desechos como empaques de dulces, papas, platos de unicel o envolturas de chocolates. ¿Y el chicle? Si lo tiras en la calle, contamina o hasta causa muerte de aves. Tarda, aproximadamente, cinco años en degradarse. Colócalos en su envoltura, y en la basura inorgánica.

¿Sabías que... al reciclar una botella de plástico se ahorra la energía necesaria para mantener una bombilla encendida durante seis horas? Y de cada kilogramo de envase de vidrio reciclado se obtiene un kilogramo de nuevos envases. El vidrio no pierde ninguna de sus cualidades al ser reciclado. Recuerda que lo más importante es que tomes conciencia y que aprendas a colaborar con el planeta, evitando la contaminación del medio ambiente.