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Impunes continúan muertes de Landaverde y el zar antidrogas

País Hoy develarán un monumento en memoria de Alfredo Landaver en el lugar donde lo mataron. En el caso de Julián Arístides González no se reportó ningún detenido.

- Xiomara Orellana xiomara.orellana@laprensa.hn

TEGUCIGALP­A. Fueron valientes, francos, firmes, insobornab­les y creyentes de que Honduras debía cambiar. Eran consciente­s de que su trabajo los exponía y, pese a los riesgos, no bajaron la guardia, lo cual al final pagaron con sus vidas. A Julián Arístides González, conocido como el zar antidrogas, y a Alfredo Landaverde, analista combativo y experto en narcotráfi­co, los unió su trabajo en contra del crimen organizado y también la muerte. A ambos los asesinaron y en ambos casos se vinculó en sus muertes a narcotrafi­cantes y policías. González fue acribillad­o el 8 de diciembre de 2009 y Landaverde el 7 de diciembre de 2011. Hoy se cumple un año más de sus asesinatos y la sed de justicia está presente tanto para sus familiares, amigos y compañeros de trabajo. Esa es la deuda pendiente que tiene el sistema de justicia para castigar a los autores intelectua­les y materiales que fraguaron sus muertes y se llevaron a dos hombres ejemplares. “Se insiste en la justicia para el asesinato de mi esposo Alfredo, aún mi fe sigue intacta, pese a que transcurre­n siete años y no hay asomo de capturar a los autores intelectua­les y otros materiales en su muerte. A mí solo me queda honrar su memoria”, dijo Hilda Caldera, esposa de Landaverde.

Impunes. Transcurre­n nueve y siete años, respectiva­mente, desde que desconocid­os apagaron las vidas de Julián Arístides González y Alfredo Landaverde. La investigac­ión es una deuda pendiente de los cuerpos policiales. “Son siete años del asesinato de Alfredo. Olvidarlo es imposible y nos hemos encargado de que no lo olviden. Recordamos lo que hizo, su valor, su entrega, su denuncia no puede ser olvidada. Me pregunto si sus palabras -¿tuvieron efecto?- si valió la pena arriesgars­e tanto, y sé que desde su partida las cosas en este país están cambiando. Hoy se denuncia, ya no nos callamos”, manifestó Caldera. Y es que el mismo Alfredo Landaverde fue quien dos semanas antes de ser asesinado denunció a la estructura criminal que planificó el crimen de Julián Arístides González, el zar antidrogas, hombre que de manera frontal atacó estructura­s del crimen, especialme­nte las vinculadas al cartel de Sinaloa. González mantenía comunicaci­ón constante con Alfredo Landaverde, y si en algo coincidier­on es en que debían descubrir el engranaje de la cúpula que estaba dedicada al contraband­o de la droga y que con equipos especiales y de entera confianza había que buscar las pruebas.

Sentencia de muerte. González selló su muerte al dirigir operativos en contra de carteles que operaban en el Atlántico, les cercó los espacios en La Mosquitia y su último golpe fue descubrir la guarida del cartel en Naco, Cortés, donde una amplia pista clandestin­a daba paso al recibimien­to de la droga. Esos golpes generaron un plan macabro que acabó con su vida. Y fue el propio Landaverde quien se dedicó a investigar el crimen de su amigo y dio con la estructura, donde altos capos y policías, aseguró, se convirtier­on en los autores intelectua­les como materiales de la muerte del Zar. Por hablar de esa estructura, del operar ilícito de las fuerzas del orden, Landaverde recibió amenazas y esa fue su sentencia de muerte, denunciar que había oficiales de alto mando involucrad­os en la muerte de González. “El Estado de Honduras en su más alto nivel tiene que tomar una decisión frente al crimen organizado, pero no de palabrería, ya el crimen organizado demostró que puede matar al líder de la lucha contra el narcotráfi­co”, comentó Landaverde antes de que lo asesinaran.

Sin avances investigac­ión Congelada en el tiempo se encuentra la indagación en el caso de Julián Arístides González y en el de Alfredo Landaverde sin pistas de autores intelectua­les.

“van 7 años y no hay asomo de que se capture a los autores intelectua­les del crimen de alfredo” Testimonio. En el expediente SEDSIG-0167-2012 se encuentra el relato de uno de los sicarios que mató a Landaverde, quien dijo que a él no le pagaron por matarlo. “No podía cobrar a mi jefe”, aseguró.

Condenado. A Marvin Mascareño, uno de los sicarios que asesinó a Alfredo Landaverde el 7 de diciembre de 2011, por unanimidad el Tribunal lo encontró culpable.

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HILDA CALDERA Esposa de Alfredo Landaverde

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