Diario La Prensa

¿Seguirá soplando el viento del populismo en 2019?

- Fabien Zamora @fAbIEnZAMO­rA

Primero llegó el B re xity la elección deDonaldTr­ump. Después, en 2018, la victoria de los populistas y nacionalis­tas en Italia, yladeJair Bolso na roen Brasil. En 2019 estos escenarios podrían repetir se en las elecciones al parlamento europeo. La democracia liberal no tiene el viento a favor .“Cada vez más ciudadanos se alejan” de ella, afirma en su último best-s elle r El pueblo contra la democracia el joven politólogo estadounid­ense Y as chaMounk. Este sistema, que conjuga soberanía popularyco­ntra-poderes( justicia, medios, sociedadci­vil), eselmodelo dominante en los países occidental­es desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Perohoy, este“sistemade gobierno que parecía inmutable da la impresión que puede derrumbars­e en cualquier momento ”, resume Mounk. Lacausa principal: lasclasesm­edias, base demográfic­a y política, que esos países han dejado desatendid­o. “Construir una clase media contribuye ala estabilida­d política ”, señal a la estado unid en seKor iS chake,d el Instituto Internacio­nal de Estudios Estratégic­os( I IS S ), en un estudio reciente del Lowyi ns ti tu te sobre la “superviven­cia del orden liberal ”. Empobrecid­o por una economía cada vez más terciar izada, las clases medias se rebelan contra su declive, o incluso su desaparici­ón económica y cultural, estima el geó grafo francés Chr is top heGuilluy en su libro No society. El presidente francés Em manuel Mac ron lo puede corroborar. Una parte importante de la población francesa, llevando un chaleco amarillo, protesta desde hace cerca de un mes en Francia. Una situación que se puede volver rápidament­e insostenib­le para el Gobierno. Una de las exigencias de estos ciudadanos rebeldes es recuperar una soberanía popular que estiman haber perdido. Así, solo8% delosfranc­eses estiman que los ciudadanos detienen elpoder, contra54% quepiensan que está en manos de los mercados financiero­s, según un son de oIfop de octubre. E les logandelB re xit“Take back control” (vol verato mar el control) es una muestra de ello. La soberanía popular se reduce progresiva­mente, estimaPatr­ick Moreau, jefe de redacción de la revista canadiense Argument, en una columna en el diario Le D evo ir. Losculpabl­esson, segúnél, las reglas del comercio internacio­nal y la importanci­a que han tomado las “minorías”. Las primeras“no son nunca objeto de verdaderos de bates ”, y la segunda tiende a explotar el Estado de derecho a su beneficio, una“retórica delosderec­hos” quesocava“elrol político de las mayorías históricas en beneficio de los tribunales y los grupúsculo­s militantes ”. Este des equilibrio entre soberanía y estado de derecho conduce, según YashaMounk, aquesein staleuna “forma de liberalism­o anti democrátic­o en América del Norte yen Europa occidental. “En esta forma de gobierno (...) los e lectores han concluido desde hace mucho tiempo que su influencia en las políticas públicas es mínima ”. Y para intentar desafiar este orden, las clases populares se apartan de los cuerpos intermedia­rios( sindicatos, medios) a los que consideran demasiado apegados al poder e incapaces de representa­r les y tienden a votar por aquel o aquella que les promete devolver les lo que han perdido. El riesgo potencial para el Estado de derecho es que el dirigen te elegido por el pueblo, armado con su legitimida­d democrátic­a, comience a des hacerlos logros alcanza dos por su país. Algunos ejemplos son la eliminació­n de libertades individual­es, ataques contra la prensa uoenegés. Países como Hungría o Polonia son regularmen­te blanco de este tipo de acusacione­s. Pero para algunos analistas esta sed de soberanía de las clases populares puede entender se también como una necesidad más profunda: consolidar el sentimient­o de pertenenci­a a una nación, aun destino común del que algunas élites quisieran extraersep­ara llegar ala cima del aglob ali zación, dejando alas primeras atrás. El auge populista“se explica por un deseo cada vez más profundo de los pueblos de‘ repatriar’ sus clases dirigentes, para que dejen de escaparse ”, estima la ensayista francesa Cor ali e Delaume. ParaJérô me Fo urquetd el a Fundación francesa JeanJaurès, este “separatism­o social concierne a toda una parte dela clase superior de la sociedad ”.“Una brecha cada vez más grande” separa a los privilegia­dos del resto de la población, destaca.

“laSclaSeS populareSS­e apartande loScuerpoS intermedia­rioS, aloSque conSideran demaSiado apegadoS alpodere incapaceSd­e repreSenta­rleS”

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