Fiesta azul por la conquista de la copa 16
Motagua gritó campeón pese a caer frente a Olimpia ayer en la final del Apertura
Olimpia puso ganas y empeño, pero solo consiguió acortar la desventaja de la ida al minuto 77
TEGUCIGALPA. La Navidad se pintó de azul. La copa 16 ha llegado como regalo anticipado a la vitrinas del Motagua, que ayer se convirtió en justo campeón del Apertura 2018. La renta que las águilas habían logrado en la ida al ganar 0-2, les alcanzó pese a que cayeron ayer en la vuelta 1-0. El título se quedó en las manos del mejor equipo, que ha sidounejemplodeconstancia en los últimos cinco años. AyerelCiclónAzulpasópocos aprietos pues controló con oficio el partido hasta el minuto 77, cuando los leones lograron derribar el muro azul. Por su parte, los merengues entraron con la intensidad propia de sus circunstancias. La desventaja de dos goles los obligaba a jugarse la vida sin reservas, con el corazón en la mano y el cuchillo entre los dientes. Lo intentaron. El conjunto blanco, además, buscaba hacer un homenaje póstumo a don José Rafael Ferrari, presidente y gran líder olimpista en las últimas tres décadas, quien falleció el miércoles pasado. El olimpismo representado por 11 guerreros en la cancha quería enviarle un regalo hasta el cielo a su jerarca. Pelearon por eso, pero no pudieron. Lucharon contra un gran equipo, que poco a poco fue controlando el ímpetu del viejo León. Los azules en el primer tiempo solo permitieron un cabezazo de Carlo Costly al minuto 29, luego de un centro de Deiby Flores, pero en el arco, Jonathan Rougier respondió como campeón. El drama. Al Olimpia le sobraban ganas de terminar con la sequía de títulos, pero le faltó ideas y mucho fútbol. A puro impulso hizo pasar 20 minutos de angustia a la familia azul. Al minuto 77, un centro por la derecha de Kevin Álvarez terminó por la banda izquierda, la pelota fue enviada al área pequeña por Júnior Lacayo, el centro tomó un camino impensado hacia la red, Rougier no pudo controlarla y Juan Pablo Montes terminó de hundirla en la red. Presionó el León. La cercanía de la hazaña lo emocionó. Los merengues por lucha no le quedaron a deber a nadie. Motagua gritó campeón, entre el drama y la agonía. El Ciclón se tambaleó, pero resistió los últimos zarpazos de una fiera herida. No fue la mejor actuación del ahora campeón, pero esto no demerita el título 16 para un equipo que juega de memoria y que ha pintado de azul la Navidad ¡Felicidades al nuevo campeón!