Diario La Prensa

Necesidade­s y deseos

lainmovili­dad socioeconó­mica, apesardel empleo, asusta principalm­ente alosjóvene­s

- Elisa M. Pineda opinion@laprensa. hn

Lacrisisde­lmundo, decíaeltex­to queestabal­eyendo, esunacrisi­sde deseos. Esto significa que no estamos lidiando solamente con los problemas reales, sino especialme­nte, con los deseos del agente sobre su propia vida. Leí hace varios años ese análisis interesant­e en una revista de psicología dirigida por Jorge Bu ca y, escritor yconferenc­ista. Más allá de la años ay siempre vi gente pirámide de M as low sobre las necesidade­s humanas básicas, que las divide en fisiológic­as, seguridad, afiliación, reconocimi­ento y autor realizació­n, las personas también lidiamos con los deseos. Nuestros deseos se alimentan de lo que vemos, a través de historias de otros, de las imágenes publicitar­ias yporsupues­to, delainform­ación recibimos y procesamos de redes sociales y los medios de comunicaci­ón tradiciona­les. A través de la interacció­n con otros, los deseos y expectativ­as se transforma­n. Por ello en esto, como en todos los otros aspectos de la vida, es indispensa­ble la educación, que en nuestro contexto suele seres casa o de malacalida­d. Hacevarios­años, mitrabajom­ellevó a conocer un pequeño centro urbano de educación pre básica, de una sola aula. Los padres de familia y la maestra habían solicitado una reunión para presentar sus necesidade­s. Ellos habían catalogado como prioritari­o poner cemento al pequeño patio del lugar. Cuando visité el lugar encontré que en efecto, en el patio había crecido lamaleza. Ellugar, además, teníaun único sanitario en condicione­s muy malas. El sistema de iluminació­n era deficiente y cuando llovía, tenían una catarata particular dentro del salón de clases. Pero la prioridad percibida eraelpatio. El patio era pequeño ,¿ porqué no lo limpian y siguen teniendo el área verde? Lesconsult­é. Larespuest­afue “porque hay que hacerlo todo el tiempo ”. Al final llegamos al acuerdo de que los padres realizaría­n la limpieza del patio y los fondos se destinaría­n ainfraestr­uctura. Fueunbuent­rato que sin duda mejoró la situación de aquélmomen­to. ¿Porquépued­e resultar tan difícil identifica­r las necesidade­s y priorizarl­as? aún en aquellos casos en los que parecen tan evidentes. Una respuesta puede ser porque las personas lidiamos con nuestros deseos, con aquello que vemos y que anhelamos, no solamente con la realidad cruda. Eso explicaría porqué la gente se preocupa tanto por tenerlo último, por ejemplo en tecnología telefónica, aún y cuando no tenga cubiertas otras necesidade­s básicas que serían prioritari­as. Eso también explicaría porqué es di- fícil disuadir al agente de su sueño de emigrar ir regularmen­te, aúnycuando exista el riesgo de perder hasta la propia vida. Los mensajes disuasivos apelan al oracional, pero resulta que no solamente eso está en juego. La situación socio económica del países, sin duda, el principal motivo paraemigra­r; peroalcúmu­lode necesidade­s percibidas se su man tambiénlos­deseos, uncampoidó­neo para la lamentable manipulaci­ón de oportunist­as. Muchas veces creemos que se va únicamente la gente que no tiene acceso a empleo. También se están yendo –y no solamente hacia el norte, sino hacia otros continente­s-aquellos que tienen posibilida­des de trabajo estable. La inmovilida­d socio económica, a pesar del empleo, asusta principalm­ente a los jóvenes. Detener el éxodo es una tarea muy difícil. Los mensajes disuasivos de voceros del Gobierno nacional poco impacto pueden tener, especialme­nte cuando no gozan de aceptación popular. Entender es el primer paso para comunicar acertadame­nte, peroparael­lohay que dialogar. Para dialogares preciso revestirse de humildad, para reconocer que nadie es dueño dela verdad absoluta. A pesar de la realidad compleja, de la falta de empa tía, también me atrevo a dese arqueen mi país la gente, algúndía, puedaencon­trarsu destinoanh­elado.

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