“Cutting”, alerta ante el falso alivio adolescente
Esta práctica se realiza mayormente en la adolescencia, entre los 14 y 20 años. Es su manera de exteriorizar su dolor emocional
Una nueva tendencia entre los jóvenes para aliviar su dolor emocional está alarmando a especialistas de la salud mental y padres de familia. Francisco Rodríguez Lara, psiquiatra y especialista en terapia de estrategia, explica que el “cutting” es el acto de autolesionarse con el uso de objetos cortantes, una navaja, cuchillo e incluso con las uñas.
“El cutting inicia como un intento del adolescente para aliviar o anestesiar su dolor emocional. Llega a sentirlo con tal intensidad que necesita provocarse una herida física para aliviar este dolor emocional”. “Adicionalmente, viene como una liberación de hormonas que se conocen como endorfinas, que provocan un alivio temporal del dolor y que provocan una asociación de sentir un dolor emocional y anestesiarlo a través de una lesión física”. Esta práctica se realiza mayormente en la adolescencia, entre los 14 y los 20 años, y es más predominante en las mujeres. “En los adolescentes pasa algo que es el contagio emocional. Hay cierto tipo de adolescentes más propensos a tener este tipo de problemáticas, como un adolescente que no sea capaz de expresar sus emociones de manera verbal o le cueste más trabajo comunicarse de forma asertiva, son personas que se tienden a aislar del resto”, dice Rodríguez Lara.
“Y también está el que se contagia de otro, de ver su comportamiento, y se va transmitiendo de un adolescente a otro. Son chicos que han sido maltratados, ya sea por su escuela o en la familia, y el adolescente se va haciendo más desesperado y recurre a la autolesión”. La mayoría de ellos se autolesiona en los brazos, piernas o en zonas cerca de la pelvis, donde no sea fácil ver el daño, y recurren a esta conducta cuando están solos. “Realizan estas actividades cuando están bajo situaciones de mucho coraje, frustración o culpa. Se presenta cuando tienen una ruptura amorosa, una situación que viven muy dolorosa, decepciones en general con las personas, fracasos escolares o laborales, maltrato o violencia psicológica, física o sexual, abuso o por problemas de autoestima”, comenta. Tene dos fases, la primera es anestesiar un dolor y la segunda el placer. “La persona no busca morir, busca que se elimine el dolor y con la repetición provoca placer. El placer de la vida, de lo cotidiano, está muy disminuido en su vida y encuentran esta escapatoria del placer tortuoso”.