Convertidos en robots
Las personas no pueden compartir opiniones si estas son injustificadas, irrazonables o simplemente expresan odio, pero la mayoría de las veces las personas que hacen este tipo de comentarios son las que luego se victimizan por recibir odio e incluso autodenominarse como víctimas de acoso. Solo es normal, es el efecto boomerang, pues lo que comparten es lo que reciben. Debemos ser responsables de las opiniones, ya que así como alguien tiene derecho a decir lo que quiera de quien quiera, todos los demás también tienen derecho a ser respetados. De verdad, cualquiera puede estar de acuerdo con la opinión de que pasar su tiempo en una tarea tan elaborada como difundir sentimientos indeseables no va a ayudar a nadie de ninguna manera, principalmente a la persona que lo expresa. Recuerda lo importante que es cuidar nuestro derecho a la libertad de expresión para que ayude a la sociedad, a nosotros mismos y que valga la pena escucharlo y/o leerlo.
Las redes sociales y opiniones en general son un tema en el que se puede profundizar. Lo he introducido porque este asunto en particular ha llevado a muchas personas a caer en una rutina indeseable. Iniciar sesión, mirar cualquier asunto minúsculamente entretenido, pero no educativo, reaccionar, escribir... y realmente parecen pequeñas acciones insignificantes; pero tan pronto como te das cuenta, la mitad del día ha pasado. Una gran cantidad de personas se quedan en su sillón viendo televisión, recostados, sin estar cansados, haciendo nada productivo, etc. Nos acostumbramos tanto a esto que ya no nos importa nada, nos convertimos en robots. Y ¿cómo puede un robot disfrutar la vida? Bueno, espero que no llegues a conocer la respuesta. Estudiante del último año de bachillerato en Humanidades de la escuela e instituto Liberty, Villanueva. KRISTEL FLORES