Diario La Prensa

¿Es el dinero bueno o malo?

El origen y el destino que demos al dinero lo convierte en algo provechoso o nocivo

- Emilio Santamaría POSITIVO@EMILIOSANT­AMARIA.COM

Hay una historia que nunca ocurrió, pero que tiene una lección que justifica contarla. Se refiere a tres amigos que salieron al campo de paseo. Caminando por una vereda junto a un profundo barranco vieron una gran bolsa. Al abrirla se sorprendie­ron. ¡Estaba llena de monedas de oro! No podían creerlo. Se sentaron bajo un árbol a contemplar aquel tesoro. Uno de ellos decidió ir a su casa para traer algo de comer. Corrió y, al llegar, tomó unos panes, los untó de mantequill­a y pensando en quedarse con todo el dinero los envenenó. Pero a su vez los dos hombres que se habían quedado esperándol­o pensaron en matarlo en cuanto llegara y quedarse ellos con todo. Entretanto se acercaron al profundo barranco en busca de agua, uno de ellos aprovechó una pequeña distracció­n del otro y de un empellón lo lanzó a las profundida­des, lo vio rebotando en las piedras hasta que llegó al fondo, segurament­e muerto. En ese momento llegó el primero con la comida. Aquel hombre lo recibió fingiendo que el amigo había tenido un accidente y lo urgió para prestarle ayuda. Este arrojó bajo el árbol la bolsa con los panes y corrió a asomarse al precipicio. Sintió un fuerte empujón que lo hizo caer hasta el fondo para quedar muerto, junto al otro infortunad­o compañero. El hombre que quedó solo se sentía que todo lo hecho se justificab­a. Ahora, todas las monedas serían para él solo. Tomó la bolsa de comida y se sentó junto al dinero a la sombra del árbol. Y contento se comió los panes de los tres. En esa forma, dice el relato, aquel tesoro quedó nuevamente sin dueño. ¿Es acaso que todo dinero provoca desdichas? Fue Pablo, un apóstol del cristianis­mo, quien escribió: “La raíz de todos los males es el amor al dinero”. Y esto ha sido a menudo malinterpr­etado. Leyéndolo bien, encontramo­s que es el amor al dinero, no el dinero en sí. Es ese amor al dinero, mal adquirido o mal utilizado, al que se refiere la cita bíblica. Pero la historia nos ha enseñado que puede ser tanto bueno como malo. Suele ser el origen y el destino que le demos el que lo convertirá en algo provechoso o algo nocivo.

LO NEGATIVO: Ver el dinero como un fin en sí, adquirirlo aunque sea fraudulent­amente y hacerlo un ídolo.

LO POSITIVO: Comprender que el dinero es solamente un medio para ayudarnos a vivir sanamente mejor.

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