No basta con mejorar
El Mayor desafío, fortalecer la Educación que propicie la generación de nuevos ciudadanos
Si hay una palabra que puede definir lo que sucede en nuestro mundo actual, esa es la disrupción. Este vocablo está relacionado con los cambios drásticos y más específicamente, con la innovación. El mundo siempre ha estado en constante cambio, pero quizás no con la rapidez con la que estamos conviviendo. Los saltos tecnológicos suceden en períodos cada vez menores, convirtiéndose en una vorágine de la que es difícil escapar. Al mismo tiempo que logramos grandes avances, el mundo entero enfrenta enormes desafíos, especialmente en temas relacionados con la sostenibilidad del desarrollo, es decir, en la relación equilibrada entre economía, sociedad y medio ambiente.
Temas como el calentamiento global, la desigualdad socio-económica de grandes grupos poblacionales, la respuesta ante desastres naturales, es decir, la necesidad de crear comunidades resilientes; la conservación del agua y el mejoramiento de las condiciones de cobertura y calidad de los servicios públicos, entre otros muchos temas, implican la necesidad de la articulación de esfuerzos no solamente de gobiernos, a través de organismos supranacionales, sino especialmente de otros actores fundamentales, como las empresas y la sociedad civil.
Hace pocos días, en un encuentro latinoamericano de empresas socialmente responsables celebrado en Ciudad de México, una experta en la materia hacía una reflexión breve, de gran contenido y relevancia: no basta con pensar en mejorar la situación, es indispensable transformarla. Y la misma ciudad en la que nos encontrábamos era muestra de lo que estaba diciendo. La capital mexicana, un lugar cosmopolita, de una enorme belleza y complejidad, estaba viviendo una de sus peores crisis ambientales.
Al mismo tiempo, la población en Honduras enfrentaba una ola de calor que llegó hasta los 44 grados centígrados en San Pedro Sula. Las noticias señalaban un tema en común: los incendios forestales que lamentablemente nos identifican. Enverdadnopodemospensaryaenmejorar la situación. Es indispensable transformar la realidad y ello solamente es posible a través de mentes disruptivas, dispuestas a innovar, a romper esquemas, con la capacidad de hacer realidad lo que pueden imaginar en beneficio de la humanidad entera. El reto mayor está entonces en fortalecer la educación formal y no formal que propicie la generación de esos nuevos ciudadanos, capaces de romper paradigmas, de transformar este mundo, de comprender que el verbo mejorar ya se queda corto.
Para sociedades como la nuestra, dar cabida a la disrupción conlleva un doble esfuerzo, porque al mismo tiempo debemos hacer frente a problemas añejos no resueltos, casi crónicos, como la pobreza y la desigualdad.
Es indispensable trabajar también en la educación emocional de la población, pues la mala gestión de las emociones sigue siendo un ingrediente que contribuye a imposibilitar el diálogo, como base principal para la generación de consensos. Basta con recordar la reciente riña en el Congreso Nacional, para comprender cuánto requerimos trabajar en ello. Esta semana, en Tegucigalpa, se llevará a cabo la XIII Conferencia Nacional sobre Responsabilidad Social Empresarial, con el tema principal “Alianzas para el Desarrollo Sostenible. Del compromiso a la acción”, organizada por la Fundación Hondureña de Responsabilidad Social Empresarial, Fundahrse, una oportunidad valiosa para dialogar sobre esos temas que tanto deben interesarnos de cara al futuro. La RSE, no como moda, tampoco como erróneamente se le toma como una herramienta de mercadeo, es una vía adecuada para la participación del sector productivo en la búsqueda del desarrollo, un asunto que compete no solamente a los estados, sino esencialmente a todos, bajo un sentido de corresponsabilidad, de respeto ante las diferencias, así como de una visión compartida. Que esta Conferencia signifique un nuevopasoenlageneracióndealianzas,enla reflexión y en la acción disruptiva. ¡Hay mucho por transformar!