Iglesia: lacra del narcotráfico ha permeado instituciones
Conferencia Episcopal dijo que “es urgente” un “proceso de transformación del país”
TEGUCIGALPA. La Conferencia Episcopal de Honduras afirmó ayer que la lacra del narcotráfico es una realidad sostenida por hombres “sin escrúpulos” que ha permeado las instituciones del país y deteriorado la imagen de la nación centroamericana. “Con profundo dolor constatamos cómo la lacra del narcotráfico, como le ha llamado el papa Francisco, que ha puesto fin a tantas vidas y que es mantenida y sostenida por hombres sin escrúpulos, es una realidad que ha permeado las instituciones de nuestro país y que como consecuencia ha derivado en un deterioro de la imagen de nuestra patria en el concurso de las naciones”, indicó en un comunicado la Conferencia Episcopal. Agregó que nada de lo realizado por grupos del narcotráfico en Honduras podría “haberse alcanzado sin la colusión de los órganos que por la razón de su ser estaban llamados a defender la vida y proporcionar seguridad a todos”. “Debemos admitir que en mucho de esto son culpables los políticos que han pactado con el crimen organizado, olvidando que la ética les obligaba ante todo a velar por el bien común y no por el beneficio personal o los de su grupo”, subrayan los obispos.
Sacudida
La Conferencia Episcopal hizo un “fuerte llamado a la conciencia de todos los actores involucrados directa e indirectamente en la presente crisis para que revisen el valor del sano patriotismo, que debe estar por encima del interés personal, apego al cargo o intereses de partido.
Destacan, además, que la vida es también “amenazada” cuando las instituciones del Estado “no se ocupan por atender las necesidades fundamentales del pueblo”, y lamentan que la política “vernácula” del país se ha caracterizado por la costumbre “de ignorar directamente al pueblo, hablar en su nombre y terminar haciendo pactos que en nada benefician al mismo pueblo”. Un ejemplo de ello, añade la Conferencia Episcopal, es “cuando históricamente las instituciones han estado al servicio de un caudillo y no de una democracia participativa fundada en la ley”. Los obispos hondureños ven con “dolor y pena” el viacrucis de los migrantes que abandonan el país en busca de mejores condiciones de vida. “Duele reconocer que lo que más exporta Honduras son seres humanos movidos por la esperanza de una mejor vida y más segura”, una esperanza que “se frustra en quienes no logran alcanzar su meta y, más aun, en los 87,337 compatriotas deportados” en 2019, señala el comunicado.
Los obispos lamentan que se haya hecho caso omiso a los reclamos de muchos sectores en el país sobre la entrada en vigencia del nuevo Código Penal, prevista para noviembre próximo.