Preselección
Exitosa la convocatoria al proceso de preselección para obtener visa de trabajo temporal en la Unión Americana donde, como en otros países industrializados, del primer mundo o del Norte, como queramos decir, hay necesidad de mano de obra en las tareas agrícolas, en la construcción, en la limpieza o, como en algunas naciones de Europa, en el cuidado de adultos mayores que viven solos.
Trabajo hay, pero para evitar abusos y explotación es necesaria una situación legal que proteja los derechos ciudadanos y laborales. Las jornadas de la semana pasada culminaron el viernes con entrevistas personales y entrega de documentos como primer paso para la selección de personal, su notificación, destino de trabajo y entrega de visa. El camino iniciado tendrá seguimiento para centenares de beneficiados con la oportunidad de trabajo, no solo por la seguridad de ingresos durante los meses de cultivo o cosecha, sino porque queda la puerta abierta para la próxima temporada si hay satisfacción en el cumplimiento de responsabilidades.
El panorama laboral en nuestro país es sumamente preocupante puesto que a las iniciativas y esfuerzos para la creación de oportunidades de trabajo hay que considerar las condiciones negativas, muy abundantes, que contribuyen a la destrucción del empleo, cuyo peso recae primordialmente en personas de cierta edad, gran obstáculo en donde la demanda supera muy crecientemente a la oferta.
Si la preselección, la selección y la contratación son importantes, lo será mucho más si el programa es sustentable, tanto por la capacitación y calidad de la mano de obra como por políticas favorables a la migración ordenada, ajena a las confrontaciones políticas de los gobiernos y a condicionantes de intereses para presionar a la parte débil. Pero hay otro elemento, muy importante, colateral al contrato laboral: el regreso una vez terminado el período señalado en la visa, según el Programa del Trabajo Temporal, pues, de lo contrario, el daño no sería solo para el que se queda indocumentado, sino que afectaría la credibilidad de compatriotas aplicantes al programa que se iría desplazando hacia otros países.
Un paso en la dirección correcta para enfrentar el masivo éxodo es proporcionar trabajo, aunque sea temporal, en el exterior. Pero más eficaz concretar y dirigir la cooperación y el financiamiento hacia fuentes productivas en nuestro país, de manera que aumenten en calidad y significativamente las fuentes perdurables de empleo.