La imagen atrae
La imagen, la cara que dicen algunos o la primera impresión es puerta que se abre o cierra según la sensación, por pequeña que sea o el impacto que produzca. El caso es que el “caer” bien desde el primer momento, aunque sea un sentimiento superficial, ya irá ahondando y es fundamental en las relaciones tanto personales como colectivas y en la toma de decisiones, tal y como se desarrollan en el mundo de los negocios. Los técnicos de
marketing saben muy bien estas cosas. Honduras desde la calificación de república bananera hasta nuestros días ha ido experimentando diferentes calificativos producto de evaluaciones no pocas veces ideológicas o políticas, pero también ajustadas a hechos reales y vergonzosos, ante los cuales será muy complejo, sumamente complejo, “lavar la cara” y proyectar una imagen más positiva y veraz de nuestra realidad.
“La lacra del narcotráfico ha permeado las instituciones”, señala la Conferencia Episcopal de Honduras, cuyos miembros son el trágico y doloroso costo en vidas humanas y “en un deterioro de la imagen de nuestra patria en el concurso de las naciones”.
Les faltó en la apreciación colocar adjetivo a deterioro, que no es otro que “mayor”; pero, en fin, la parálisis en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción, la prolongada siesta y la colusión condujeron a una situación casi extrema con un altísimo costo para personas, familias y sociedad. Es innegable el dolor, como innegable es el daño que se está produciendo a la economía nacional, cuyo punto final se mide en índice de pobreza en galopante ascenso, puesto que las oportunidades de empleo se verán restringidas con la salida de capitales, tal como lo reconoce el Banco Central de Honduras, con inversión extranjera en menor proporción que en épocas pasadas. El atractivo, como enganche, es necesario, aunque lo fundamental es el contenido de ese atractivo favorecedor de compromisos y acciones en la ruta hacia una mejor calidad de vida de todos los hondureños.
De momento, la exposición en tribunales extranjeros no solo no abona, sino que es muy dañina, el cáncer ha penetrado profundamente lo que no hubiera sido posible “sin la colusión de los órganos que por razón de su ser estaban llamados a defender la vida y proporcionar seguridad a todos”. De otras muchas ocasiones muy difíciles hemos salido los hondureños, y saldremos también de esta con mayor vigor, unidad y esperanza si el crimen organizado en todas sus modalidades, también la corrupción, recibe un golpe certero y sea tal el acoso y la fuerza contra él que llegue un día, por el bien de las generaciones venideras, a recibir el tiro de gracia.