BLOOMBERG, EL MAGNATE QUE APUESTA SU FORTUNA PARA SACAR A TRUMP
Washington.
Michael Bloomberg, uno de los hombres más ricos del mundo, se convirtió en el último candidato en retar a Donald Trump para las elecciones presidenciales de 2020. Alcalde de Nueva York durante 12 años, activista contra el cambio climático y gurú financiero, este hiperactivo multimillonario busca ahora la presidencia de Estados Unidos y está dispuesto a invertir su fortuna de 50,000 millones de dólares para alcanzar su objetivo.
Así lo afirmó uno de sus consejeros, Bloomberg está dispuesto a gastar “todo lo que sea necesario para ganarle a Trump” en noviembre de 2020. Y es que contrariamente a lo que sucede en muchos países europeos, en Estados Unidos no hay límite a los gastos que un candidato puede tener, subraya Jacob Neiheisel, profesor de ciencia política de la Universidad de Buffalo.
La ley estadounidense prohíbe a un individuo donar más de 2,800 dólares a un candidato, pero nada impide a un candidato financiar su propia campaña, o como a Michael Bloomberg o a otro multimillonario en liza, el californiano Tom Steyer, gastarse en ello su fortuna. Quienes no son ricos también pueden gastar cientos de millones de dólares gracias a los “super PACS”, los “comités de acción política” que pueden financiarles de manera ilimitada mientras no coordinen su acción con el equipo del candidato. Los principales candidatos prefieren por ello renunciar al sistema federal de financiación pública de las campañas, que les obligaría a limitar sus gastos, aunque esto implique “recaudar mucho dinero” para pagar a sus equipos y comprar avisos publicitarios, explica Ester Fuchs, profesora de ciencia política de la Universidad de Columbia y exasesora de Bloomberg.
Al anunciar el domingo su candidatura a la investidura demócrata, Bloomberg batió un primer récord: compró spots televisivos por 33,5 millones de dólares en una veintena de estados del país esta semana, batiendo el récord semanal fijado por el presidente Barack Obama en 2012, con 25 millones, según la sociedad especializada Advertising Analytics.
Antes ya había anunciado que también superaría los 100 millones de dólares en publicidad en línea contra el presidente Donald Trump. Bloomberg llega tarde a esta batalla, que pese a la deserción de varios en el camino, continúa atestada, con la presencia incluso de otro multimillonario, Tom Steyer.
Sin embargo, espera que su fortuna -según Forbes es el noveno hombre más rico del mundo- le permita alcanzar al grupo de favoritos, entre los cuales se ubican los senadores Bernie Sanders (78) y Elizabeth Warren (70), dos fuertes críticos de Wall Street a los que acusa de defender puntos de vista “extremistas”.
Bloomberg destaca que al utilizar su fortuna, evita la influencia perversa de los grupos de presión. Trump se valió del mismo argumento en 20152016. El mandatario, el primer multimillonario en disputar la presidencia, había anunciado inicialmente que financiaría su propia campaña y por tanto no le debería un peso a nadie.
Si bien sacó 66 millones de dólares de su bolsillo, terminó aceptando muchas contribuciones, incluido de grandes donantes, recuerda Brendan Fischer, experto de la organización Campaign Legal Center que supervisa el respeto de las leyes electorales.
Aunque Bloomberg cumpla con su palabra, sus rivales demócratas Elizabeth Warren y Bernie Sanders, que denuncian sin cesar la influencia de los multimillonarios y defienden mayores impuestos a las fortunas para financiar la salud pública o para eliminar las deudas de estudiantes universitarios, ya lo acusan de “comprar la elección”.
Primero Sanders y luego Warren tornaron en argumento electoral el rechazo de las contribuciones de los cabilderos, acusados de “corromper” la democracia estadounidense. Y este argumento “parece hallar un eco entre los electores”, subraya Fischer.
Los dos candidatos compensan pidiendo contribuciones a sus partidarios permanentemente. A