La misma piedra
En las altas esferas donde las iniciativas otean desafíosalasaluddelapoblación,enlasteleconversaciones, muy de moda en estos tiempos de confinamiento, o en los medios tradicionales de comunicación, el binomio vida–economía nos presenta un trágico presente, pero también un retador futuro que ya comenzó en la supervivencia diaria de millones de personas.
Cuando todo esto pase, la convivencia no será la misma por lo que en el ámbito de recuperación económica o en el inmenso escenario del gran aumento de la pobreza y la exclusión van surgiendo iniciativas con las que se logre paliar la secuela que será prolongada, de la pandemia. En el sector financiero internacional ya ha habido respuesta a la crisis con la propuesta de la suspensión del pago de la deuda de los países más pobres que enfrentan la situación con la descomunal desventaja de escasez de recursos económicos, débiles sistemas públicos de salud y galopante paso hacia la miseria de una gran parte de la población.
Aunque en el fondo de las decisiones se halla el saneamiento de las finanzas internacionales y mercados bursátiles, la mirada hacia la situación de los países más pobres ha hecho posible que los organismos internacionales de crédito se inclinen por la suspensión temporal de pago y hayan pedido a acreedores bilaterales hacer lo mismo.
“El Banco Mundial y el FMI creen que es imperativo en este momento dar un sentido global de alivio a los países en desarrollo, así como una fuerte señal a los merado financieros”, comunicaron ambos organismos. El G-20 y el Club de París son pioneros de esta iniciativa a la cual se van uniendo otros organismos multilaterales y se espera que el ámbito bilateral responda positivamente. Hondurasconunamuypesadacargaenlasdeudas externas e internas puede aprovechar el beneficio de la suspensión de pago como ayuda para enfrentar el impacto económico y financiero a raíz de la pandemia. Eldesafíoesnotablenosoloporlosbeneficiosque puede y debe proporcionar a los hondureños, al sector productivo y de servicios en la creación de empleos, sino por el antecedente inmediato que nos dejó como novia de pueblo. Aquel plan de Estrategia para la Reducción de la Pobreza con los recursos de la condonación quedó en algo más de lo mismo o peor. La esperanza es que no tropecemos nuevamente en la misma piedra y los sustanciales recursos destinados en el presupuesto a los compromisos financieros internacionales sean invertidos, no gastados, para beneficio de miles de familias en las que el empleo, el comercio minorista o el emprendimiento son tabla de salvación.