Consejos sencillos para recobrar la serenidad y decirle adiós a la ansiedad
Es bueno concentrarse en una lectura, un paisaje, una conversación. Aprenda a controlar la ansiedad
REDACCIÓN. Para iniciar el camino hacia la serenidad y la calma mental, el psicólogo Pedro Moreno propone dos ejercicios prácticos que utiliza con sus pacientes, tanto en las sesiones individuales como en las terapias de grupo, y que surgen de muchos años de experiencia.
El diario emocional. Para reconocer las causas y condiciones asociadas a la emoción ansiosa recomienda responder a estas preguntas cuando sintamos malestar:
-Situación: ¿dónde estaba, con quién, qué hacía y qué estaba pasando justo antes de sentirme mal?
-Pensamientos: ¿Qué pensamientos o imágenes mentales han venido a mi mente después de lo ocurrido?
-Emociones: ¿Qué me preocupaba en ese momento? ¿Pensaba que algo podía ir mal? ¿Me juzgaba a mí mismo o a los demás? ¿Recordaba algún error del pasado? ¿Qué me preocupa ahora? ¿Qué pienso de todo eso que ocurre en mi mente? ¿Creo que puede ser peligroso? ¿Me sentía ansioso, con miedo, nervioso, triste, enfadado, culpable? ¿En ese momento me asustaba alguna de las sensaciones de mi cuerpo (la presión en el pecho o en la cabeza, los latidos de su corazón)? “Anote qué emociones tenía y qué sensaciones corporales las acompañaban”, recomienda Moreno, tan pronto como sea posible, aunque uno esté mal, ya que “el hecho de introducir esa actividad voluntaria hace que la mente tenga que poner en marcha otras zonas del cerebro y, como efecto secundario, las emociones dolorosas pueden atenuarse”.
Relajación muscular. Para aliviar los estados de tensión emocional propone otra técnica sencilla, consistente en prestar atención al cuerpo, a la diferencia entre el estado de tensión y el de relajación muscular. Moreno sugiere practicar esta técnica en un lugar tranquilo, tumbándose en una cama o colchoneta, con ropa cómoda y el teléfono desconectado. Evitar la respiración superficial, intensa y rápida, conocida como hiperventilación, porque agrava la sintomatología ansiosa, genera un aumento de la sensación de ahogo y facilita el camino hacia las crisis de pánico. En lugar de hiperventilar, el psicólogo recomienda practicar la respiración abdominal: inspirar con tranquilidad varios segundos y luego expirar también de forma lenta.