Descanso y diversión responsables
Luego de un largo período de relativo encierro, los hondureños estamos esperando con ansias e ilusión el “feriadón de octubre”, que, debido a las razones por todos conocidas, este año se ha trasladado a noviembre. La unión de los tres feriados tradicionales de este mes fue bien recibida desde que la diputada Doris Gutiérrez, del Pinu, lo propusiera en el año 2015. A partir de entonces, la Semana Morazánica se ha convertido en un segundo período, el primero es la Semana Santa, en el que se goza de cinco días continuos de descanso y en el que se puede hacer un alto a la rutina habitual, para reponer fuerzas físicas y mentales, tan necesarias para el equilibrio personal. Porque como alguien ha dicho: el cuerpo y la mente son como una cuerda, que si se mantiene en constante tensión termina por romperse.
En esta ocasión, además, la ruptura de la monotonía de días, semanas y meses, resulta imperativo, porque el confinamiento al que la pandemia nos ha obligado, no ha dejado de hacer mella en los individuos y en las familias. Para muchos, la posibilidad de salir de sus casas y volver a hacer turismo interno será como tomar una bocanada de aire fresco para oxigenar su día a día.
Claro está que este feriado Morazánico será particular. Podemos salir, es cierto, pero es urgente y necesario que tomemos conciencia de que este descanso, que esta diversión, debe gozarse con responsabilidad. Desde antes del inicio de los contagios de covid-19 en Honduras, se nos ha insistido en la importancia de la higiene personal y el distanciamiento físico para contener la diseminación de la enfermedad. Sería una lástima que después de la venidera semana de descanso tuviéramos que lamentar el incremento de las infecciones y la pérdida de más vidas humanas. Y sí es posible recorrer los lugares hermosos que tiene este país, sin poner en riesgo nuestra salud y la de los nuestros.
Nuestro sector turístico necesita reactivarse y todos podemos contribuir con ello. De modo que la Semana Morazánica tiene un doble beneficio: por un lado, los hondureños descansamos, nos divertimos sanamente, y, por el otro, logramos un derrame económico para que hoteles, balnearios, restaurantes, etc. comiencen a salir de la grave crisis en que la pandemia los ha sumido. Tanto desde el Gobierno como desde la iniciativa privada se está manejando un discurso que nos llama a salir de nuestras casas, pero a continuar cuidándonos. Seamos dóciles a tan sabias recomendaciones.