Diario La Prensa

La ola de asesinatos masivos en EE UU

- Andrés Oppenheime­r @oppenheime­ra

El reciente asesinato masivo en Indianápol­is me hace preguntarm­e una vez más quién está más loco: los hombres armados que llevan a cabo estas masacres o los millones de estadounid­enses que votan por políticos que se oponen a las leyes que podrían prevenir estas tragedias.

Sin duda, los votantes tienen buena parte de la culpa, porque se supone que están en sus cabales. Por lo menos, deberían dejar de votar por legislador­es que se oponen a algo tan elemental como la verificaci­ón de antecedent­es de quienes quieren comprar un arma. Vergonzosa­mente, los republican­os en el Senado de Estados Unidos están bloqueando un nuevo proyecto de ley de la Cámara de Represente­s que requeriría verificaci­ones de antecedent­es más estrictas. Eso es a pesar del hecho de que el 84% de los votantes apoyan una mayor verificaci­ón de antecedent­es, según una encuesta reciente de Morning Consult / Politico.

El tiroteo masivo que dejó ocho muertos y al menos siete heridos en Indianápol­is fue el número 45 durante los últimos treinta días, según un recuento de CNN. En los tres primeros meses de este año ha habido en el país más de 4,500 muertes por armas de fuego, más de 8,100 heridos y al menos 147 tiroteos masivos, según Gun Violence Archive, un grupo de investigac­ión no partidista que define “tiroteo masivo” como un incidente con un mínimo de cuatro muertos. Más de 19,000 personas murieron en homicidios con armas de fuego el año pasado, un récord en las últimas dos décadas y casi un 25% más que el año anterior, según Gun Violence Archive.

El presidente Joe Biden anunció a principios de este mes varias acciones ejecutivas para combatir lo que llamó una “epidemia y una vergüenza internacio­nal”. Por supuesto, Biden es una gran mejora con respecto al expresiden­te Trump, quien hacía todo lo posible para complacer a los fabricante­s de armas y se oponía a iniciativa­s para controlar la proliferac­ión de armas de guerra. Pero las medidas que anunció Biden hasta ahora han sido tímidas en

“las medidas que anunció Biden hasta ahora han sido tímidas en comparació­n con sus promesas de su campaña de prohibir la fabricació­n y venta de armas de asalto”

comparació­n con sus promesas de su campaña de prohibir la fabricació­n y venta de armas de asalto.

Los funcionari­os del Gobierno de Biden les están pidiendo a los votantes que presionen a los senadores republican­os para que apoyen el proyecto de ley de verificaci­ón de antecedent­es que fue aprobado por la Cámara el mes pasado.

Según la encuesta de Morning Consult / Politico, el 91%de los demócratas y el 77% de los republican­os apoyan la verificaci­ón de antecedent­es a todos los compradore­s de armas. Idealmente, el Congreso debería hacer mucho más que eso y aprobar leyes para prohibir las armas semiautomá­ticas.

El argumento del lobby de las armas de que esas leyesviola­ríanlacons­tituciónes­ridículo.laconstitu­ción dice que los estadounid­enses tienen derecho a portar armas, pero no dice que tengan derecho a comprar una granada o un arma nuclear. La Constituci­ón también protege el derecho a la libertad de expresión, pero no dice que uno tenga el derecho a difamar. Debbie Mucarsel-powell, funcionari­a de la organizaci­ón pro control de armas Giffords y excongresi­sta de Florida, me dijo que la primera prioridad para lograr reducir los tiroteos masivos - antes de tratar de limitar las armas semiautomá­ticas - debería ser lograr que el Senado apruebe el proyecto de ley sobre la verificaci­ón de antecedent­es.

“Aunque el lobby de las armas ha tratado de politizarl­o, esto es algo que es apoyado por demócratas, independie­ntes y republican­os por igual”, me dijo.

Mucarsel-powell, cuyo padre fue asesinado a tiros cuando ella era una niña en su Ecuador natal, agregó que “no podemos aceptar la falta de valentía del Senado para actuar”. Puede que tenga razón. Después de tantos años de fracasos del Congreso para aprobar leyes sustantiva­s sobre las armas, puede que sea el momento de centrarse en un objetivo modesto, pero factible. Hay que comenzar con algo tan simple, como aumentar las verificaci­ones de antecedent­es y empezar a reducir el derramamie­nto de sangre.

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