Fuentes de riqueza
Remesas, café; café, remesas, las dos columnas troncales sobre la que se sostiene nuestra endémica economía, sin embargo, la importancia derivada en responsabilidad no es calificada en su propio merecimiento que exige mayor atención para un incremento, concentrado en agradecimiento, a quienes proporcionan riqueza con su labor productiva en nuestro país y en el extranjero. En el caso de las remesas las noticias son sumamente alentadoras. Las provenientes de la Unión Americana presentaron un crecimiento de 41.8% durante la primera mitad de este año, lo cual es reflejo de la recuperación económica en Estados Unidos y del sacrificio y numerosas privaciones de los hondureños.
Esto último es lo que no muestran las estadísticas, los porcentajes y las cifras contabilizadas en el sistema bancario nacional. Pero son muchas las privaciones de nuestros emigrantes para hacer llegar recursos a la familia que quedó en el país, para la compra de una vivienda para cuando haya que regresar o, simplemente, disponer de un pequeño capital si hay que hacer el viaje de retorno.
Son muchas las lágrimas y la nostalgia de quienes se hallan lejos de los suyos y de su tierra. Existen barreras legales para la integración plena en la nueva sociedad a la que se arribó, pero superadas estas, las condiciones de vida, los valores, conducta y costumbres exigen un gran esfuerzo que no todos pueden hacer. Y si a esto hemos de añadir las enormes raíces y profundas manifestaciones de racismo, cuyas bofetadas sacuden el rostro de millones de personas honradas y trabajadoras, podremos cuantificar el dolor de quienes no se hallan en su tierra. Según los sociólogos serán necesarias dos generaciones para arraigar plenamente y entonces esos ciudadanos, con ascendencia en el exterior, se convierten en los mayores obstáculos para los inmigrantes.
Desde el exterior llegan millones, pero en el interior, en esos campos muchas veces olvidados hallamos también la fuente de divisas que proporcionan vitalidad y fortaleza a la economía. El café, fuente de riqueza y creador de miles de oportunidades de trabajo, mantenimiento de fincas, cosecha y tratamiento de grano, es, sin duda, la gran oportunidad nacional que debemos cuidar, proteger y privilegiar, pues cuando, por condiciones de mercados, se debilita hay una sacudida en las finanzas que estremece la vida nacional y la base de este sector productivo, miles de familias. Abusar del dinero que miles de hondureños envían desde Estados Unidos, España, Italia, Canadá y otros países es una grave injusticia y una gran canallada por las que habría que pedir cuentas si siguen con el dicho: “Lo que no cuesta se hace fiesta”.