Diario La Prensa

“Allison Nahomy era quien cuidaba y alimentaba al perro”

La mascota de la pequeña de 9 años, un perro de raza pitbull, la atacó cuando ella ayudaba en labores domésticas. Familia, amigos y compañerit­os están desconsola­dos

- Staff redaccion@laprensa.hn

LEPAERA. Por más de seis meses, desde que el perro nació en su hogar, Allison Nahomy Argueta Villalta cuidó a su mascota. La niña de 9 años era quien lo alimentaba, sin imaginar que este la atacaría ferozmente hasta arrancarle su último aliento en pocos minutos. Allison Nahomy murió luego de que un perro de raza pitbull, mixto, la atacó en el patio de su casa la tarde del miércoles en el barrio Las Delicias, en Lepaera, en el norte de Lempira. Leopoldo Argueta, padre de la menor, relató ayer con un profundo dolor que su pequeña iba a diario a la biblioteca, pero esa tarde no le pidió que la llevara porque ayudaría a meter a la casa la ropa que estaba tendida en el patio donde se encontraba amarrado el can. Por razones que nadie comprende, el perro atacó a la menor. “Nahomy iba conmigo a todos lados, siempre estaba conmigo. Yo la cuidaba como a mi tesoro, bastó que la descuidé media hora y ocurrió esta tragedia”, lamentó el padre de la niña.

A las 3:23 pm, Leopoldo Argueta recibió una llamada de un tío de Nahomy avisándole de lo sucedido. “Desgraciad­amente cuando vine a la casa, ella tenía enrollada la cadena del perro en su cuello y tenía rasguños en su cuerpo. Fue difícil verla así. Tenía los ojos abiertos, tenía la esperanza de que estaba con vida, la besé y le quité la cadena; pero le vi el cuello destrozado. Llamé a un doctor, que es amigo, para que nos pudiera auxiliar; pero ya era demasiado tarde”. Al ver la desgracia, Argueta golpeó en repetidas ocasiones al perro con el fin de sacrificar­lo por lo ocurrido; sin embargo, sobrevivió, y cuando se notificó al Ministerio Público, fiscales e investigad­ores se llevaron al can y lo tienen bajo cuidado.

Argueta dijo que “lamentable­mente nos tocó vivir esta desgracia, pero que sirva de ejemplo a otras familias que tienen este tipo de perros, que no son de fiar”.

Dolor. El llanto era incesante, pues nunca imaginaron estar en el velatorio de una niña tan pequeña. Parientes, amigos e incluso compañerit­os de escuela de Naomy le acompañaro­n en un último adiós. La madre Allison Nahomy apenas podía hablar, su rostro reflejaba un inmenso dolor. En ningún momento se despegó del féretro de su hija. “Mi niña hermosa, no puedo con tanto dolor. Hija, ya no te quiero ver allí, despierta”, repetía en medio del llanto Nelsy Villalta. Arreglos florales y globos decora

El padre de la niña hizo un llamado al Congreso Nacional para que se regule la tenencia de perros agresivos, sobre todo cuando hay niños en las casas.

ban el ataúd; sin embargo, no hay consuelo para la familia, ya que Allison Nahomy era la alegría de sus padres y su hermana. “Nahomy era mi vida entera. Siempre fue una niña obediente y, a pesar de su edad, tenía una enorme calidad humana porque siempre buscaba ayudar a los demás”, dijo su padre, quien es un reconocido dirigente de Libre. Nahomy era muy querida por sus compañeros, se había ganado el cariño de todos y siempre se esmeraba en sacar buenas calificaci­ones, contaron parientes, quienes aseguraron que su sueño era convertirs­e en doctora.

“Le gustaban mucho las matemática­s y siempre quería ayudar a los demás”, contó entre lágrimas uno de sus compañeros de escuela. Se espera que hoy se rinda un homenaje en la escuela Manuel Bonilla y luego será sepultada en un cementerio de Lepaera, que aún no sale de su asombro por la trágica muerte de Allison Nahomy.

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DOLOR. No hay consuelo para la familia de Allison Nahomy. El perro está bajo cuidado del MP. En una foto con su padre Leopoldo Argueta.

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