Familias y emigraciones
La familia es el primer grupo social de toda sociedad en todos los tiempos y en cualquier lugar. De acuerdo con la Declaración de los Derechos Humanos es el principal núcleo y debe ser apoyado por el Estado.
La familia está conformada por padres e hijos y es un deber de los progenitores brindarles todo tipo de apoyo, especialmente hasta determinada edad y mientras sean hijos de su dominio.
Durante generaciones, la familia vivió unida y era normal que los hijos estuvieran en casa aun siendo mayores de edad o que al casarse se quedaran en el mismo pueblo, ciudad o país. Y existía ese ambiente de unión familiar entre nietos, hijos, padres y abuelos, pero esa armonía fue desapareciendo con las emigraciones, especialmente de jóvenes varones, posteriormente mujeres.
En el año 2021 y 2022, personas de todas las edades, entre ellos, bebés y ancianos.
Los pueblos pobres del mundo al no tener condiciones apropiadas para su superación, como la educación, salud, empleo y seguridad, han tenido que abandonar sus familias y sus países. Los latinoamericanos han sido emigrantes, especialmente en la búsqueda del “sueño americano”, y en las últimas décadas para Europa, mayormente España e Italia, y son personas que nunca volverán a su terruño y son familias que se “pierden”.
Honduras es una nación de familias desintegradas, pues de 10, 300,000 habitantes, es extraño aquel que no tiene un pariente en el extranjero. Llegando a los extremos de que la principal entrada de divisas son las remesas familiares, que sobrepasan los 7,000 millones de dólares al año. Con la primera mujer presidenta, Xiomara Castro, próxima a cumplir su primer año de administración, se espera que las familias no sigan desintegrándose con tantas emigraciones en un país llamado Honduras.
“HONDURAS ES UNA NACIÓN DE FAMILIAS DESINTEGRADAS (...). ES EXTRAÑO AQUEL QUE NO TIENE UN PARIENTE EN EL EXTRANJERO”.