“DISFRUTÉ DECIR: SOY HONDUREÑO, NO BRASILEÑO NI ARGENTINO”
Uno de los mejores futbolistas de la historia catracha colgó sus implementos deportivos de forma oficial y está listo para su nueva faceta
Fueron 25 equipos de fútbol, 27 temporadas, múltiples golazos y tardes-noches inolvidables de fútbol puro que nos regaló el último gran 10 que tuvo la Selección de Honduras: Rambo de León. El exfutbolista de la Serie A de Italia confirmó a GOLAZO su retiro definitivo. El porteño tomó la determinación de entregarle su tiempo completo a su academia en Puerto Cortés, donde promete pulir las nuevas joyas.
A sus 43 años de edad, el ahora técnico se despidió jugando con el Atlético Júnior de El Negrito, Yoro, de la Liga de Ascenso, el cual fue su club número 25, siendo así el futbolista hondureño que ha pertenecido a más equipos. “Ya me aburrí... me aburrí de entrenamientos, de ciertos entrenadores aburridos, tristes, con todo respeto, algunas canchas malitas y sinceramente es difícil. Hay muchos chicos que sufren bastante eso y máximo cuando no tienen lo que estamos haciendo acá, una categoría académica, un proceso de ciertos años a donde ciertos conceptos que querés hacer con ellos”, confirmó el Rambo.
Nueva faceta. ¿Con qué te quedas de tu carrera?, le consultamos. “No me quedo con nada, di todo lo que aprendí, lo que me enseñaron, lo que desarrollé mentalmente, lo que intenté dar al fútbol, a mis compañeros, al entrenador, y me divertí, di todo de corazón. Demostré ser mejor que muchos otros jugadores de mundiales y de otras nacionalidades, demostré que en Honduras hay mucha capacidad todavía”.
Y es que no por nada muchos le decían el Rambo de la gente, en su adiós del fútbol se acordó de la afición hondureña, que siempre le demostró su cariño en cada estadio en que jugó. No olvidó cada aplauso ni cada aliento que le dieron.
“Di todo al fútbol, pero sabes con qué me quedo. Con las imágenes de cada hondureño que se desveló, aguantó hambre, dejó sus familias, aguantó zancudos y hormigas por ir al estadio a aplaudirle a uno. Con esas imágenes me quedo, de que festejaban con todo el amor del mundo y al día siguiente iban a trabajar con el mayor de los entusiasmos, pero trabajan siendo felices viendo a sus jugadores preferidos”, afirmó.
El 10 de la H. A pesar de ser claramente uno de los mejores 10 y tirador de lanzamientos libres en Honduras, Rambo de León se mostró muy cauto y al consultárselo respondió:
“No, yo simplemente fui un servidor que di lo mejor y me dediqué a demostrar que fui mejor que muchos otros mundialistas emblemáticos a nivel mundial, disfruté decirles ‘soy hondureño, no brasileño ni argentino, soy hondureño’”.
¿Eso representaba un orgullo para usted?, se le preguntó. “Claro, es un orgullo para mí. Me decían: ‘vos sos brasileño o argentino, de dónde sos, ché’. Yo les decía: ‘soy hondureño, centroamericano’. Con mucho orgullo”.
Tampoco dijo ser el mejor pateador de tiros libres en el ruedo nacional. “No, uno de los me
jores sí, no el mejor. Aquí ha habido tantos otros pateadores, un Amado Guevara, que está arriba de mí todavía, y encima de él está un Anariba, lateral izquierdo que le pegaba muy bien, tenés también a un Nene Obando, un Alex Pineda Chacón, Nahún Espinoza, yo sé porque vengo de esa vieja escuela y los miraba desde niño”.
“Si ustedes me consideran uno de los mejores, bienvenido sea”, dijo con suma humildad.
Le faltó el Mundial. Sin duda que una de las cosas que a Rambo de León le quedó por cumplir en su carrera como jugador fue disputar un campeonato Mundial adulto con Honduras, aunque el mismo exjugador aseguró que no le quedó ese sinsabor, fueron cosas del fútbol y de la vida.
“Fijate que no. Cuando era niño me ilusionaba. Me ponía delante del televisor, teníamos un Goldstar en blanco y negro en la casa y cuando cantaban el himno me paraba y cantaba, me ponía la mano de diferente forma. Siempre ilusioné e imaginé ver la bandera flamear en un Mundial, después si yo jugara o no jugara ya eso es un extra que Dios me pueda dar, pero ver a nuestra bandera en un Mundial ha sido la mejor cosa que me ha pasado en mi vida”, dijo. “Se me vienen a la mente sus goles contra Guatemala en Estados Unidos, el que le marcó a Colombia y Ecuador en San Pedro Sula y el de México en el Azteca, pero usted ¿con cuál se queda?”, le abordé. “Con Platense, el primer gol que hice en mi vida en Siguatepeque. Me dan hasta ganas de llorar. Me acuerdo que estaba feliz, quería debutar, tenía solamente 16 años”. “Cuando el técnico me mencionó que iba de titular lloré de la felicidad, grité y dije ‘voy a cumplir mi sueño’. Fue un momento lindo, cuando metí el gol fue algo maravilloso. A mi mamá le prometí que iba a debutar, fue algo maravilloso, ni digamos cuando me tocó en la Selección y marqué mi primer gol, eso fue algo único, y cuando me tocó estar y representar a mi país en un Mundial Sub-20 fue hermoso”, rememoró el exjugador del Reggina, Génova y Parma italianos. Rambo de León podría escribir un libro con las enseñanzas y anécdotas adquiridas con la H en el pecho, pero algunas de ellas nunca las olvidará. “Ver los chicos celebrar cuando se clasificaron al Mundial, eso fue algo muy lindo, ver que ellos los que estaban ahí hicieron mucho esfuerzo, fue lindo, especial, estar en un Mundial es lo mejor que te puede pasar. Luchen por sus sueños con mucho sacrificio, cúmplanlo porque es lindo representar a su propio país y jugar con pasión”.
En el Mundial de Sudáfrica saliste en el primer partido contra Chile y entonaste el Himno Nacional, le recordamos. “Estaba a la par de Pery Martínez, el finado, y le dije ‘feo, es lo más lindo que nos puede tocar, cantar el himno, estar acá y ver flamear nuestra bandera’, y me dijo: ‘sí, feo, es lo que siempre soñé desde niño y ahora que estoy acá no me la creo’. Le dije que se la creyera, que era lo más lindo para nuestro país y ‘si jugás, loco, divertite, no pensés en el resultado porque tenemos capacidad para ganarle a quien sea’”.
Presente de Honduras. Julio César no tiene buenos augurios para la Bicolor y explicó los motivos. “No tan buena.
Así lo digo, si no te apoyás de exjugadores con experiencia, no vamos a tener ese progreso. Acá varios federativos quieren que uno inicie desde Cursos D, Curso C, en otros países los jugadores que han jugado durante 15 y 20 años ya les dan sus títulos; pero aquí en Honduras no, aquí esperan que uno sea entrenador de acá a 10 años y entonces ¿qué carajos vamos a hacer? Puntualmente, quién o quiénes son los culpables de esta debacle en la H. Por los federativos, así de claro. Los dirigentes tienen que aplicar sellos en la cabeza que sin los exjugadores que tienen ahora en Honduras, que son muchos, no vamos a salir adelante, sin los buenos consejos de la gente sabia que sabe de fútbol... Ellos son empresarios, son políticos, yo temas de esos los desconozco, pero si me pego a ellos algo voy a aprender; igual ellos, si se pegan a nosotros algo van a aprender. Si vos te apegás al sabio, sabiduría vas a agarrar, pero si te arrimas al ignorante y al bruto, bruto vas a ser e ignorante te vas a quedar, y la vida es así. Los federativos se tienen que acercar más a uno”.
¿Estás de acuerdo en que Diego se quede hasta el proceso del Mundial de 2026?, se le preguntó. “No, rumbo al Mundial de 2026 lo siento mucho, él yo creo que ya se tendría que tomar una decisión por tener un entrenador de peso, incluso, lo digo desde ahorita, no hay necesidad de contratar un entrenador extranjero”.