EE UU: alerta de tormenta solar severa por primera vez en 20 años
La mayor tormenta solar de la que se tenga registro es el “evento de Carrington”, de 1859, que destruyó la red de telégrafos en Estados Unidos
WASHINGTON. Una enorme tormenta solar que se aproxima a la Tierra podría causar a partir de ayer viernes disrupciones en la red de energía, las comunicaciones por satélite, y provocar inusuales auroras polares, informaron las autoridades estadounidenses.
Se espera que las eyecciones de masa coronal (CMES por su sigla en inglés), grandes emisiones de plasma y campos magnéticos desde el Sol, lleguen entre viernes (ayer) y hoy sábado, de acuerdo con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).
La nueva tormenta, que se estima dure todo el fin de semana, ocurre en un momento en que el Sol está acercándose al pico de un ciclo de 11 años de actividad intensificada.
“Hemos avisado a todos nuestros operadores de infraestructura con los que solemos coordinar, como operadores de satélites, de la comunicación... y claro, la red de energía en América del Norte”, dijo el especialista en meteorología espacial Shawn Dahl.
Impacto. La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos dijo sin embargo que “no anticipa ningún impacto significativo en el sistema de espacio aéreo del país”.
A diferencia de las erupciones solares, que viajan a la velocidad de la luz y son capaces de alcanzar la Tierra en ocho minutos, las CMES viajan a un ritmo más lento, de 800 km por segundo. Los meteorólogos esperan poder precisar mejor el impacto que tendrán cuando se encuentren a una distancia de 1,6 millones de kilómetros.
Los campos magnéticos asociados con las tormentas geomagnéticas inducen corrientes en los conductores largos, incluidos los cables de energía, lo que puede provocar apagones. También pueden producirse impactos en la comunicación por radio de alta frecuencia, GPS, en naves espaciales y satélites. Pero también pueden traer otros efectos, como la aparición de auroras polares -conocidas como auroras boreales o australes, dependiendo del hemisferio- en lugares donde normalmente no son visibles. Mathew Owens, profesor de física espacial en la Universidad de Reading, dijo a la AFP que los efectos se sentirían principalmente en las latitudes norte y sur del planeta. El alcance exacto dependerá de la fuerza final de la tormenta.
La mayor tormenta solar de la que se tenga registro es el “evento de Carrington”, de 1859: destruyó la red de telégrafos en Estados Unidos, propinó descargas eléctricas y la aurora boreal fue visible en latitudes inéditas, hasta América Central. “Tenemos por delante un acontecimiento muy, muy raro”, dijo Shawn Dahl, coordinador en el Centro de Predicción del Clima Espacial en Boulder, Colorado. Las tormentas geomagnéticas pueden tener impacto en la infraestructura orbital terrestre y en la superficie de la Tierra con el potencial de interferir con las comunicaciones, la red de energía eléctrica, la navegación y las operaciones de radio y de satélites.