EMILIA CLARKE SHE’S THE QUEEN
Ella ocupa con orgullo el trono de la reina de la televisión. Sencilla, espontánea y con un carisma desbordante, Emilia se despojó de su peluca rubia platino de Daenerys para hablar, en exclusiva, con Estilo de lo que más le gusta: Game of Thrones.
Ella ocupa con orgullo el trono de la reina de la televisión. Sencilla, espontánea y con un carisma desbordante, Emilia se despojó de su peluca rubia platino de Daenerys para hablar, en exclusiva, con Estilo de lo que más le gusta: Game of Thrones.
Gracias a esas cosas del destino, llegó al elenco de Game of Thrones a último momento, después de que la actriz que originalmente iba a interpretar a Daenerys Targaryen se marchará por razones que nunca fueron conocidas. Lo cierto es que ella ha sido una de las razones, por las cuales la adaptación de los libros de George R.R. Martin a la pantalla chica se convirtió en uno de los mayores éxitos televisivos de los últimos tiempos. Aun así, la hija de un ingeniero de sonido que la llevaba a los teatros, en los que trabajaba desde que era muy pequeña, sigue manteniendo a los 30 años una actitud humilde y una sencillez que contrasta un poco con su creciente fortuna.
ESTILO: ¿El hecho de que tu personaje pase de ser una víctima a una heroína, fue uno de los elementos que te atrajo inicialmente del proyecto?
EMILIA: Por supuesto, porque cuando la ves por primera vez en la serie, no tienes la menor idea de quién es ella. En los libros lo interesante es que puedes saber qué es lo que ella está pensando. Eso a mí me ha ayudado mucho para entenderla, porque me ha permitido saber cómo es que piensa ella, porque toda la información que necesito para poder intepretarla está allí. Pero es cierto, su fortaleza siempre fue uno de los elementos que más me han atraido, porque no es fácil encontrar un papel que tenga un arco tan grande, como el que ha tenido Daenerys a lo largo de las diversas temporadas. Y para mí, de alguna manera, lo que le pasa representa el viaje personal de la mayoría de las mujeres. Ver eso plasmado en la televisión fue sencillamente increíble. ESTILO: ¿Te sorprendió el éxito que tiene Game of Thrones? EMILIA: Por supuesto. Soy consciente de que cuando comenzó la cadena corrió un gran riesgo, porque no habían muchas series del género fantástico en televisión, y el hecho de una cadena tan respetada como HBO decidiera arriesgarse y probar suerte, fue algo verdaderamente increíble. Creo que hubo muchas instancias mágicas de que todo se diese de la manera correcta para que GOT existiese. Es cierto que aún la televisión reality sigue siendo muy popular, pero yo creo que a los seres humanos nos fascina la imaginación. Todos tenemos un gran apetito por lo fantástico y lo imaginativo, y yo creo que la fantasía apela precisamente a esa necesidad.
ESTILO: ¿Disfrutas de que sea un papel tan físico?
EMILIA: Claro. Creo que una de las cosas más atractivas que tiene la actuación es que en definitiva es como un juego de niños, se trata de comportarte como si algo de verdad estuviese pasando. Por eso para cualquier actor, en un plano técnico, es increíble poder interpretar a alguien completamente distinto en una geografía diferente a la tuya y a la vez poder transitar un mundo que no se parece en nada al propio. Eso ha sido absolutamente maravilloso. Creo que la fantasía como género es increíble, porque ofrece un escapismo hermoso para los espectadores, que pueden sentarse frente a la pantalla y dejarse llevar por lo que les están contando, para poder alejarse de su vida normal. A mí me fascina el género fantástico.
ESTILO: ¿Nunca te inquietaron que hubiesen tantos desnudos? EMILIA: Por supuesto que fue algo que me inquietó, pero en cuanto me di cuenta de que era un elemento fundamental de quién es ella, de su descubrimiento sexual, lo acepté como una parte esencial del personaje. Estoy tan enamorada de Daenerys que siempre he estado dispuesta a hacer lo que sea por ella, y para ese tipo de escenas, siempre estoy metida en el personaje cuando llega el momento de hacerlas, lo cual hace que todo sea mucho más fácil. ESTILO: ¿En qué crees que te pareces a Daenerys?
EMILIA: Creo que las dos tenemos mucha sed de conocimiento. Las dos somos inquisitivas y queremos saberlo todo. Creo que la razón por la que ella es tan sumisa en el principio de la serie, es por su falta de conocimiento. Tanto para mí como para ella, el conocimiento es poder. Ella, al igual que yo, jamás se equivoca dos veces. Si se topa con un obstáculo en su camino, lo va a superar y saldrá aún más capacitada de la experiencia. En cuanto a nuestras diferencias, además del color del cabello, creo que ella sabe cabalgar mucho mejor que yo.
ESTILO: ¿Qué es lo que has aprendido sobre ti misma mientras grababas la serie?
EMILIA: Mucho. Game of Thrones fue el primer proyecto importante en el que participé, por lo que aprendí muchísimo, sobre todo lo que implica grabar una temporada de 10 episodios. Pero mi aprendizaje ha sido en todas las áreas de la realización cinematográfica, porque he tenido la suerte de trabajar con profesionales excelentes. Además, cada uno de mis compañeros de reparto es verdaderamente sensacional como actor.
ESTILO: ¿Cómo reaccionan los fans cuando te reconocen?
EMILIA: La verdad es que no me reconocen mucho, porque en la serie uso un color de cabello diferente, pero cuando lo hacen, han sido todos muy encantandores, y hasta de vez en cuando me han regalado un helado o un café, lo cual es siempre bienvenido. Es que más allá de la serie, están los fans de los libros y en ese sentido creo que piensan que soy muy parecida, como ellos han imaginado a mi personaje cuando leían las novelas. Ese es el mejor reconocimiento que puedo recibir.
ESTILO: ¿Alguna vez te atreviste a ponerte esa peluca rubia y salir a la calle?
EMILIA: Lo he pensado pero aún no me he atrevido. En realidad, el color de la peluca está más cerca del plateado que del rubio. Pero lo cierto es que es maravilloso poder pasarme tantas horas convertida en Daenerys, porque aún sin darme cuenta, ella tiene una forma de pararse frente a la vida completamente diferente de la mía, tiene otro tipo de presencia y eso me resulta muy divertido. Como actriz es algo que disfruto, porque ella es tan fuerte y decidida, tan centrada en lo que quiere lograr, siempre lista para luchar por lo que cree; que es maravilloso poder explorar esa faceta mía que seguramente está en mí, aunque por ahora debo atribuirlo a lo fabuloso que es poder actuar.
ESTILO: A medida que la serie ha ido avanzando, ¿leías los libros por adelantado para saber por cuantas temporadas te ibas a quedar?
EMILIA: No, he sido muy cuidadosa en limitarme a la temporada que estaba grabando, especialmente porque los cambios han sido tan grandes que en cada una de ellas se sentía como si fuese un personaje diferente, y además, cada año se sumaban muchísimos actores, por lo que era como si se tratara de una serie diferente. Por eso me pareció importante no adelantarme para que ella siempre estuviese comportándose de acuerdo a lo que le rodeaba. Adelantarme no hubiese sido una buena idea.
ESTILO: ¿De dónde has sacado la inspiración para interpretar a mujeres tan fuertes?
EMILIA: Creo que he estado buscando papeles que no se parecen en nada a quién soy yo en la vida real, pero tener a una madre tan fuerte mientras crecía, y con una dinámica familiar también muy fuerte me ayudó a creer que yo puedo ser alguien como Sarah Connor o Daenerys Targaryen. Mi madre muchas veces se pregunta de dónde vienen mis genes, para que yo pueda interpretar a esta clase de personajes. Y a decir verdad, yo tampoco lo sé. Supongo que simplemente he estado rodeada de la gente precisa en el momento preciso y me gusta tanto lo que hago, que no podría estar más agradecida de poder hacerlo todos los días. Yo creo que la felicidad también ayuda a poder mostrarte fuerte.
ESTILO: ¿De qué manera te han afectado el éxito y la fama? EMILIA: Ciertamente me han cambiado la vida. El éxito de la serie, que es lo que me ha traído la fama, no me generó demasiados inconvenientes porque en la vida cotidiana yo no uso la peluca, por lo que la gente no suele reconocerme por la calle o en los lugares públicos. Eso me ha permitido observar el éxito desde cierta distancia, lo cual ha hecho que pudiera tener los pies un poco más en la tierra, que otros que son reconocidos en forma instantánea por los fans. También he aprendido que uno no debe buscarse a sí mismo en Google, por lo que he dejado de hacerlo. Eso fue algo que comprendí muy rápidamente, y también ahora sé que si tienes un comportamiento excéntrico cuando eres famoso, las cosas suelen volverse mucho más complicadas, por lo que opto por llevar una vida bastante común.
ESTILO: ¿Qué te pone de mal humor en tu vida cotidiana?
EMILIA: La gente que ronca mucho. Los otros días estaba en un vuelo a Nueva York y estaba sentada cerca de un señor que roncaba muy estruendosamente. Es que vengo de una familia de roncadores. De niña, si yo dormía en el piso superior de la casa y mi padre en el inferior, lo podía escuchar. Sus ronquidos son verdaderamente impresionantes.
ESTILO: ¿En qué ocupas tu tiempo libre?
EMILIA: Mi carrera ocupa la mayor parte de mi vida y el tiempo libre del que dispongo es verdaderamente escaso y espaciado. No tengo novio, pero me fascina el arte. Me gusta coleccionar cuadros y objetos. Mis hobbies en este momento pasan por visitar a mi familia y mis amigos cada vez que puedo, y también estar con nuestro perro. Suelo visitar galerías todo el tiempo. En la universidad estudié historia del arte y es algo que me fascina. También me encanta la arquitectura y la fotografía.
ESTILO: ¿Qué es lo más loco que has hecho por amor?
EMILIA: Cuando era una adolescente, en mi primer amor, me quedé en la puerta de su casa debajo de la lluvia porque nos habíamos peleado y como consecuencia de eso me enfermé muy mal. Fue algo verdaderamente estúpido.
ESTILO: ¿Cómo supiste que querías ser actriz?
EMILIA: Fue algo que ocurrió cuando yo tendría unos 3 años. Como mi padre trabaja en el teatro, yo iba a ver obras desde que era muy pequeñita. Solía ser muy ruidosa y gritona de niña, pero cuando me llevaron a ver Showboat en el West End me quedé tan asombrada que no abrí la boca ni una sola vez. A partir de esa experiencia dejé de decir que cuando creciera quería ser princesa, y en cambio siempre que me preguntaban decía que quería ser actriz.
ESTILO: ¿Y quién te estimuló para que te atrevieras a hacerlo?
EMILIA: Fui yo misma. Sé que lo que voy a decir puede sonar un poco cursi, pero es la pura verdad. Cuando yo era niña era muy insegura y no tenía mucha confianza en mí misma, pero había una frase que siempre repetía, y que era que yo no tenía ninguna duda de que cuando creciera iba a ser actriz. Cuando ni siquiera estaba segura de cuáles eran los zapatos que me quería poner o quiénes eran mis verdaderos amigos; lo que sí tenía en claro era que iba a poder concretar mi sueño. Por lo tanto, cuando llegó el momento de ir al conservatorio, nadie en mi familia dudó de que eso era lo que tenía que hacer. Ellos sabían perfectamente que yo quería hacer esto aún antes de caminar, así que creo que el mérito, en realidad, es esencialmente mío.
ESTILO: ¿Cuales son las películas que te influenciaron para que quisieras dedicarte a esta carrera?
EMILIA: Una de las primeras películas con las que me obsesioné fue Mi bella dama con Audrey Hepburn. Me dediqué a mirarla obsesivamente todos los días de mi vida a lo largo de cinco años, desde que cumplí los seis. De verdad me obsesioné con ella. Y luego otra película que me fascinó fue Cisne negro, porque de alguna manera me sirvió para reafirmar porqué me encanta la actuación, y cuál es la razón por la que adoro las películas. Me pareció un film decididamente increíble.